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No es el caso Bárcenas, es el caso del PP – Por Joaquín Sagaseta

   

No es el PP el que crea el mundo del capital, es el mundo del capital el que conforma el partido destinado a ejercer el poder.

La sustancia del poder estatal del capital es la coacción y el efecto placebo que le otorgue consenso social. Sin un mínimo de ese consenso el tupido tejido del poder carece de nutrientes y deja de funcionar.

Pero el poder del capital, ejercido formalmente a través de su partido, tiene como objetivo material, de primer orden, someter lo público, subordinarlo al interés del lucro de la clase dominante.

El partido gobernante necesita de una intendencia enriquecida, financiación que no se sostiene por filántropos, rara especie en una clase fetichizada por la mercancía y el lucro, y mucho menos por cuotas militantes.

En ese lado de la sociedad todo es más prosaico, más “pragmático”, la “verdad” es lo “útil” y lo “útil” es lo que entra en caja. A menudo aunque te pueda costar la silla eléctrica.

En lo fundamental se abastece por estrategias de apropiación de recursos públicos acumulados por las rentas del trabajo y el expolio en el consumo social.

La parte más suculenta de su tesorería proviene de una variante de “inversión” que en forma de “donaciones” abre las puertas al saqueo de lo público: licencias, adjudicación de servicios y obras, concesiones…

Si hay “donaciones” no es por apego a la “idea”, a una concepción ideal de la sociedad, es porque operan aquellas contraprestaciones que en definitiva siguen el curso que desvía hacia el capital los recursos públicos. No importa mucho que el señor Bárcenas se haya enriquecido -nosotros somos comunistas no resentidos sociales-, lo que es relevante es que lo haya logrado por estar afincado en el puesto de mando -el de tesorero- de un comando que, entre bastidores, enlaza el capital con el poder político para la práctica del pillaje en la hacienda pública, en las obras, en los servicios de la administración pública….

Barcenas ha venido ejerciendo de pieza clave en ese celestinaje, y esa posición no es fruto de una patología, ni de una condición de delincuente -de lo que se anda sobrado-, sino básicamente es producto natural, orgánico, de la relación capital/partido en los dominios del capitalismo y su representación política.

Cuestión distinta y secundaria es que Bárcenas lo haya hecho torpemente, defraudando a donantes competidores, con descaro y que, para beneficio propio, haya metido más de la cuenta la cuchara en la caja.
No estamos entonces ante el caso Bárcenas, sino en el caso Parido Popular.

Esta vez la corrupción no cae en terreno de barbecho, sino en tierras roturadas y fertilizadas por el desempleo, la pobreza, el desamparo, la explotación más despiadada de la fuerza de trabajo… la indignación y la rabia.

Lo peor para el PP viene en camino.

*ABOGADO LABORALISTA Y MIEMBRO DE CANARIAS POR LA IZQUIERDA