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Jóvenes voluntarios al rescate del patrimonio

   

Salinas de Los Silos

El laborioso trabajo se mezcla con la belleza y la claridad de la costa silense, muy valorada por parte de los alumnos de este campo de trabajo. | FRANCIS PÉREZ

NAZARET RODRÍGUEZ | Los Silos

En la costa del municipio de Los Silos trabaja de forma voluntaria, desde el pasado 14 de julio y hasta que finalice este mes, un grupo de jóvenes procedentes de diversas provincias españolas. Su tarea, dentro de este campo de trabajo denominado Las Lajas, se centra en el mantenimiento, rehabilitación y protección del reducto de salinas primitivas sobre roca existentes en el litoral silense. Además, el proyecto persigue la difusión de esta labor, para dar a conocer y mantener la tradición sociocultural de la zona norteña.

De los 19 jóvenes que aterrizaron en la Isla el pasado domingo, diez trabajan en la Caleta de Interián en horario matinal, y nueve elaboran el diseño gráfico, que servirá para la señalización de los caminos de acceso hasta las lajas y la realización de un documental digital para el punto de información turístico y medioambiental del municipio. Además, estos voluntarios disfrutan de actividades complementarias fuera del campo de trabajo, a través de las cuales conocen otras tradiciones y lugares característicos de Tenerife.

Las lajas son patrimonio cultural de las familias silenses, que utilizaban la sal como medio de trueque en épocas donde los medios económicos era más escasos. Actualmente se sigue realizando por mera tradición, ya que los recolectores de sal no obtienen beneficios económicos por su labor. Estas señoras, que han dedicado su vida a las salinas, son las encargadas de enseñar a los jóvenes trabajadores cómo deben ir ejecutando la rehabilitación. Del mismo modo, han recibido la correspondiente formación desde el área de Juventud para las acciones que se están llevando a cabo, tanto en la costa, como en el aula de diseño gráfico.

Con el paso del tiempo, las mareas modifican cada invierno el relieve del litoral, por lo que al llegar el mes de mayo deben comenzar las labores de mantenimiento y reparación, para la posterior recogida del sustrato. De estas tareas se encargarán durante 18 días los voluntarios, guiados por un albañil de la zona y una técnica de la Casa de la Juventud, Naira Laderas.

las salinas, los silos

Detalle de la actuación en las salinas. | F. P.

En este sentido, “intentamos que jóvenes de otras comunidades conozcan la tradición; las señoras de la zona nos indican las rocas que tenemos que limpiar, y los chicos se encargan de rehabilitar las lajas al construir los pequeños muros de arena y cemento para que se concentre el agua salada”. Transcurridos varios días, y gracias a la acción del sol, “al finalizar el proyecto, los mismos voluntarios serán quienes recogerán la sal, cuando haya una cantidad suficiente”, explica la joven técnica.

Desde la concejalía de Juventud, Carmen Luz Baso es la encargada de coordinar este nuevo plan, de cuya naturaleza solo existen tres más en Canarias. En esta línea, la responsable local señala que “aunque fue complicado que el Gobierno canario nos concediera la subvención, hemos puesto mucha ilusión para su desarrollo”. Así mismo añade que “hemos querido innovar en la rehabilitación de las lajas, puesto que son las únicas que quedan patentes en la geografía tinerfeña”.

La iniciativa que presenta el Ayuntamiento de Los Silos “persigue mantener una costumbre viva, a la vez que favorecer la toma de contacto de los jóvenes con la recolección de sal del mismo modo que se lleva practicando en Canarias durante años”, indica Baso. De esta forma, una vez que finalice el proyecto el grupo de voluntarios habrá conseguido rehabilitar las salinas en desuso o abandonadas, así como mejorar las estructuras de las lajas ya existentes, tras colaborar con los recolectores del lugar.

Por otro lado, habrán podido conocer la riqueza natural que posee la costa silense, además de haber tomado conciencia de la importancia de mantener el litoral limpio, todo ello con el objetivo de potenciar el respeto hacia el medio natural y cultural.