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Melchior afirma que el antiguo tranvía de Tenerife propició el desarrollo de la isla

   

presentacion libro del tranvía

Ricardo Melchior junto al investigador Rafael Cedrés en la presentación del libro. | EP

EFE | Santa Cruz de Tenerife

El presidente del Cabildo, Ricardo Melchior, ha afirmado que Tenerife vivió un “desarrollo importante” propiciado por el antiguo tranvía, un medio de transporte cuya historia ha sido recogida en una obra presentada este martes en el Salón Noble de la institución insular y cuyo autor es el investigador Rafael Cedrés.

En rueda de prensa, Melchior ha señalado que es importante que se conozca cómo ha sido la movilidad en la isla durante los últimos “algo más de cien años”, y ha recordado que el tranvía llegó a Tenerife antes que el automóvil y que permitió desplazarse entre Santa Cruz y Tacoronte “de la forma menos contaminante posible”.

El presidente, que ha destacado el trabajo realizado por el autor de ‘El antiguo tranvía de Tenerife’, ha apuntado que este medio finalizaba su recorrido en Tacoronte porque hasta allí llegaba la energía eléctrica, y ha incidido en que en la actualidad el Cabildo está asesorando a otros países sobre la optimización de tranvías.

Por su parte, Rafael Cedrés ha indicado que la obra, cuyos ingresos irán destinados a una ONG, recorre la historia del tranvía “desde el punto de vista empresarial, técnico y social”, a lo que ha añadido que este transporte respondió a una necesidad social de la época.

También ha aseverado que el libro es resultado de seis años recopilando información que se conservaba en archivos tanto públicos como privados, lo que lo llevó, ha dicho, al Senado, al Congreso o al Palacio Real, así como a La Coruña o a Bilbao. Además, se apoyó en datos ofrecidos por antiguos tranviarios.

Cedrés ha resaltado que el tranvía, que estuvo en funcionamiento 56 años, sobrevivió a dos guerra mundiales, a la Guerra Civil y a la depresión de los años 30, e hizo énfasis en el papel de Imeldo Serís, que realizó las gestiones en el Senado para conseguir la puesta en marcha de este medio, así como del doctor Allart, un belga afincado en Tenerife que luchó para conseguir fondos.

Según el investigador, el Cabildo siempre se preocupó por el antiguo tranvía y llevó a cabo acciones para que se mejorase, hasta que en 1926 adquirió este transporte, cuya actividad fue suspendida tras el accidente del 14 de noviembre de 1956.