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El método de Álvaro

   

Álvaro Jesús García

El profesor explica las características de los libros financiados de su propio bolsillo. | MOISÉS PÉREZ

LUIS F. FEBLES | Puerto de la Cruz

El afán por enseñar no tiene límites ni fronteras, aunque para muchos la edad sí puede ser un problema para aprender. No obstante, a día de hoy, existe gente capaz de romper clichés y dedicar parte del trabajo a los mayores. Es el caso de Álvaro Jesús García, un maestro realejero que ha creado un original proyecto para facilitar la comprensión lectora y acercar la historia local a través de cuadernos de lectoescritura, una forma entretenida de conocer el patrimonio, tradiciones o la gastronomía, por medio de imágenes y texto.

Su método ha causado gran sensación y aceptación en los centros de adultos de Garachico y Buenavista, donde sus alumnas, de entre 60 y 80 años, desviaban la atención de su vida cotidiana mientras aprendían las lecciones dadas por el profesor.

Pese a que la notoriedad ha sido rotunda, para el próximo año, todo este grupo no tendrá la oportunidad de seguir con las clases “que tan felices les hacía” como consecuencia de los recortes en Educación y la negativa a concederle una plaza como maestro en el CEPA de Icod de los Vinos. “Les importa muy poco que los mayores aprendan o no, está claro que no son una prioridad para el Gobierno de Canarias, y eso da pena”, critica Domínguez.

El maridaje entre historia local, pruebas de comprensión lectora y un trabajo de final de curso a modo de plan de investigación sobre algún tema en concreto ha dado como producto dos libros de formación básica, uno para Garachico y otro para Buenavista, costeados por el este amante de la enseñanza. “Tenía unas 15 personas por grupo, a las que explicaba el contenido del cuaderno y debatíamos sobre cuestiones de ámbito cercano. Incluso, hacíamos visitadas guiadas a diferentes lugares emblemáticos y monumentos; ha sido muy satisfactorio y reconfortante para un profesional que nota el calor de sus alumnos”.

Por ejemplo, ha fragmentado la historia en varios siglos, partiendo del XVIII hasta el XX, con temas que abarcan desde los edificios religiosos de Garachico hasta la arquitectura civil o los espacios naturales que componen el legado histórico que actualmente posee el municipio.

APOYO DE LOS VECINOS
Al final del trabajo, el profesor les encomendó la labor de elaborar una investigación sobre un tema que pudiera suscitar interés entre los mayores.

Entre alguna de las anécdotas que recuerda, pone de manifiesto un hecho que tocó su fibra sensible: “La directora del Centro de Mayores de Garachico le comunicó al director del Centro de Adultos que remitiera una nota pidiendo la continuidad de la escuela. Más concretamente, querían que fuera yo el que siguiera trabajando en el aula. Recogieron firmas vecinos a los que nunca impartí clases y que tampoco conocí”.

El método Álvaro se despidió marcando tendencia entre la comunidad educativa.