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El laboratorio en casa

   

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Laboratorio en casa ULL - Javier Méndez

Javier Méndez, contando a la lupa fragmentos de microcarbón fósil. / DA

Con el objetivo de ajustar costes, la Universidad de La Laguna (ULL) decidió en 2012 echar el cierre a sus instalaciones durante los periodos vacacionales. Así, desde el día 2 y hasta el próximo 26 de agosto la mayor parte de los centros y servicios de la institución académica permanecerán cerrados, una medida con la que Gerencia pretende ahorrar alrededor de 350.000 euros. La medida, que se viene realizando en otras universidades del país desde hace tiempo, ha generado todo tipo de reacciones y, lo que es más significativo, ha provocado que muchos investigadores tengan que trasladar a sus domicilios sus equipos y materiales.

Es el caso de Lea de Nascimento y Javier Méndez, que en la actualidad desarrollan un importante proyecto de Paleoecología, en el que estudian la dinámica de la vegetación canaria a largo plazo para relacionarla con los cambios ocurridos en el paisaje vegetal, con la influencia de cambios climáticos o con el posible impacto que tuvieron los seres humanos en el pasado. Sus investigaciones no pueden permitirse el lujo de coger vacaciones, ya que tienen que procesar un gran número de muestras que luego analizan en el microscopio; “hay un orden lógico que seguir, y cuando empezamos un protocolo de varios días no lo podemos dejar a la mitad”, explica Lea de Nascimento, quien subraya que el cierre del laboratorio en el que trabajan los ha obligado a “adelantar todo lo posible el trabajo que implicaba usar reactivos químicos y llevarnos para casa el trabajo de análisis en el microscopio y ordenador”. Pese a todo, la bióloga tinerfeña deja claro que “siempre se nos quedan algunas muestras a la mitad. Aunque cada caso es distinto, y el trabajo de laboratorio depende de cuándo empezó la financiación del proyecto, de cuándo recogiste o recibiste las muestras, de que te lleguen los reactivos a tiempo, etc. Y lo más importante, si tienes un contrato de corta duración (lo habitual en jóvenes investigadores) tienes que acabar el trabajo sí o sí en ese tiempo. No piensas en las vacaciones, que llegan cuando te quedas parado”, recalca.

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