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Milagros de laboratorio

   

unidades especializadas en reproducción asistida,  laboratorio de fertilidad

En Canarias, el sistema público cuenta en la actualidad con tres unidades especializadas en reproducción asistida, dos de las cuales están en Tenerife. | SERGIO MÉNDEZ

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

La ciencia, defenestrada por muchos y azotada por los recortes, continúa pese a todo dando pasos de gigante con el único objetivo de mejorar la calidad de vida de los seres humanos. El ejemplo más gráfico de esta incesante evolución científica son los procesos de reproducción asistida, capaces de generar por sí solos el complejo milagro de la vida.

En Canarias, el sistema público cuenta en la actualidad con tres unidades de especializadas en esta materia, dos de las cuales están en Tenerife. En concreto, la Unidad de Reproducción Asistida de referencia de la provincia está en el Hospital Universitario de Canarias (HUC), y es la única que dispone de todas las técnicas que existen actualmente, como son la fecundación in vitro, la inyección intracitoplasmática de espermatozoides (ICSI) y la inseminación intrauterina. Mientras, en el Hospital de la Candelaria (HUNSC) hay una Unidad de Reproducción Humana, donde además de inseminaciones intrauterinas también se realizan estudios andrológicos y genéticos. Esta está formada por tres ginecólogas (las doctoras González Montesdeoca, Pérez Ramos y Sánchez Suárez), una enfermera (Soledad González Fernández), tres analistas (las doctoras García Cobaleda, Martínez Bugallo y Martínez Muñoz) y dos técnicos de laboratorio (Candelaria Lorenzo e Isabel Batista), que trabajan de manera complementaria en todo el proceso por el que atraviesan las parejas que acuden al centro derivadas desde Atención Primaria.

El semen se analiza periódicamente./ S. MÉNDEZ

El semen se analiza periódicamente./ S. MÉNDEZ

En los dos últimos años, la unidad del HUNSC realizó un total de 557 ciclos reproductivos, de los que 513 fueron a través de inseminación artificial conyugal, mientras que el resto (44) se realizaron mediante inseminación artificial con semen de donante. En ambos casos, la tasa de embarazo rondó el 20%, una media elevada si tenemos en cuenta que la tasa normal en embarazos naturales ronda el 24%.

Como explica a este periódico la doctora Inmaculada García Cobaleda, responsable de la Unidad de Andrología y técnicas de Reproducción Asistida y miembro de la Unidad de Genética del Laboratorio del Hospital de la Candelaria, el proceso depende del tipo de esterilidad de la pareja. “Normalmente, las parejas llegan hasta aquí derivadas de su médico de cabecera, cuando llevan al menos un año manteniendo relaciones sexuales sin emplear métodos anticonceptivos”, recalca la facultativa. A partir de aquí, y después de ser entrevistada y asesorada por alguna de las ginecólogas y la enfermera, se inicia un estudio bioquímico del hombre y otro de la mujer, tanto a nivel hormonal, como de serología, anatomía y de permeabilidad de las trompas, en el caso de que la mujer no ovule bien. “En función de la complejidad de los casos, el proceso es más o menos sencillo y dura más o menos tiempo”, subraya la experta.

Es muy duro excluir del sistema a una mujer lesbiana o soltera que paga los mismos impuestos que el resto”

En el Laboratorio de Andrología y técnicas de Reproducción Asistida del HUNSC se realizan exclusivamente inseminaciones intrauterinas, tanto con semen de la pareja como de donante. “Tenemos un pequeño banco de semen para aquellas parejas con varón o chicas que quieran tener hijos estando solteras, así como para parejas de lesbianas”, asevera la doctora García Cobaleda, que no es partidaria de las restricciones que pretende imponer el Ministerio de Sanidad. Y es que, en su opinión, “es muy duro” que el sistema público no permita a muchas mujeres beneficiarse de una técnica de reproducción asistida solo porque no tienen una pareja masculina estable. “Nosotros nos limitamos al trabajo técnico y científico, pero nos preguntamos por qué se puede llegar a excluir a una pareja de chicas que pagan los mismos impuestos y cotizan a la seguridad social igual que una pareja con personas de distinto sexo. O, incluso, una chica sola, porque desde el punto de vista médico me parece más sensato que una mujer sola quiera tener un hijo de manera controlada con semen de un donante”, recalca la doctora del HUNSC, que además preside la Comisión de Andrología y Técnicas de Reproducción Asistida de la Sociedad Española de Bioquímica Clínica y Patología Molecular.

Los 35 años es un ‘stop’ biológico para la mujer que quiere ser madre, porque sus células están más degradadas

“Está claro que los recursos del sistema público son limitados, y así se lo transmitimos a las parejas, pero nosotros tenemos que hacer todo lo que esté en nuestra mano para lograr embarazos que puedan salir adelante”, expone. En este sentido, la Unidad de Reproducción Humana realiza numerosos numerosos estudios durante el proceso, entre ellos estudios andrológicos del varón, para comprobar si es fértil o no. Para ello, cuentan con métodos automáticos de análisis de espermatozoides, mediante imagen, y realizan estudios de morfología, vitalidad, etc, siguiendo los protocolos que determina la Organización Mundial de la Salud para el análisis del semen humano.

La técnico Candelaria Lorenzo (i) y la doctora Cobaleda, en la unidad. / SERGIO MÉNDEZ

La técnico Candelaria Lorenzo (i) y la doctora Cobaleda, en la unidad. / SERGIO MÉNDEZ

Los mismos responsables y facultativos que se ocupan del laboratorio de Andrología también dirigen la Unidad de Genética del Hospital de la Candelaria y están muy vinculados a la Unidad de Ecografía Fetal. En líneas generales, relata la doctora García Cobaleda, “hay dos tipos de estudios: por un lado, si un varón no tiene espermatozoides o muy baja cantidad, se pueden realizar varios análisis para buscar las causas de origen genético; en otros casos, también realizan estudios en aquellas parejas que presentan abortos de repetición”. “Se ha comprobado que en el 10% de los casos existe un problema en los cromosomas que producen los abortos; de igual modo, en el 50% de estos hay una causa de origen genético”, arguye la genetista.

En el 50% de los abortos existe una causa de origen genético que los provoca

Para cualquier técnica de reproducción asistida, cuando el problema está en el varón, hoy día se emplea la ICSI (inyección intracitoplasmática de espermatozoides), que ha reducido mucho el factor masculino de infertilidad, porque con sólo espermatozoide del varón y un ovocito de la mujer se puede conseguir un embrión. “También hay varones que en el eyaculado no tienen espermatozoides, por lo que se les hace una biopsia de testículos para conseguirlos”, reitera Inmaculada García Cobaleda, quien recuerda que en estos casos se trata de técnicas de reproducción asistida de un nivel superior, que se llevan a cabo en el HUC o en otros centros de la Península.

La inyección intracitoplasmática de espermatozoides ha reducido mucho la infertilidad masculina

No en vano, el propio banco de semen con el que cuenta la Candelaria procede de donantes del banco de Barcelona, a fin de evitar problemas derivados de la insularidad. “Cada vez que se consigue un embarazo con este semen, lo comunicamos, porque la ley sólo permite un máximo de seis embarazos con cada donante”, arguye la doctora del HUNSC, que no obstante deja claro que el factor más importante en un embarazo sigue siendo la edad de la mujer. “Los 35 años es un stop biológico. Por eso, si una mujer decide tener un hijo a partir de los 36 años, lo va a intentar con unas células cada vez más degradadas; por eso el aborto es tan común en la especie humana”, concluye la facultativa.

Niños ‘a la carta’ para combatir patologías genéticas

La alimentación, la calidad de vida e incluso factores ambientales han provocado un aumento de las enfermedades raras en los últimos años. Así, son muchas las parejas que han tenido que recurrir a lo que ya se ha dado en denominar los niños a la carta, que permite a los padres resolver patologías de sus hijos a partir de células del cordón umbilical de sus hermanos. Es el caso de una pareja que llegó hace unos meses al Hospital de la Candelaria, a la que se derivó a un centro de referencia de Sevilla para que les apliquen las técnicas de reproducción asistida que permitan concebir un segundo hijo sano. Así, estimularán la ovulación a la mujer, extraerán espermatozoides del marido y conseguirán embriones en el laboratorio para, a partir de ahí, analizar sus células y hacer todos los estudios y técnicas genéticas que permitan seleccionar los embriones adecuados que favorezcan el nacimiento de un niño sano y compatible con su hermano.

Junto a las patologías genéticas, otro factor decisivo hoy día en la concepción es la edad de la mujer. Como explica la doctora Inmaculada García Cobaleda, “la calidad del ovocito, con el paso de los años, es peor, y se ha visto que los embriones que se consiguen a partir de los 35 años se implantan peor, lo que hace que la tasa de embarazo sea más baja”. Aun así, con las inyecciones intrauterinas, la tasa está en torno al 15-20%. Con la fecundación in vitro, la tasa aumenta y se sitúa casi en el 50%, aunque los tratamientos son de estimulación, más exhaustivos, molestos para las pacientes y más caros para el sistema. “Desde que se desarrolló la ICS (inyección intracitoplasmática de espermatozoides), conseguir un embarazo y un recién nacido vivo es cada vez más posible, también en parejas con problemas genéticos previos. Para estos casos existe el llamado ‘diagnóstico genético preimplantacional’, que permite conocer si la enfermedad genética está bien caracterizada, a partir de técnicas de reproducción asistida, como la propia fecundación in vitro”, concluye la facultativa de la Candelaria.