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Santa+ Waterfront Two – Por Ramiro Cuende Tascón

   

Sigue sonando bien. Escribo mientras suenan al fondo el Chill Out de Manolo por la izquierda, y el Minimal Summer 2013 DJ por la derecha, todo a la vez ¡fantástico! No sé si Macondo y su maravilloso waterfront, la mejor agua marina del mundo, soportará con calma la presión del futuro, espero que sí.

Y qué me dice de La Caseta de Madera, ¿se acuerda?, la que desapareció, dicen que se la llevó la mar, un temporal, sin pena ni gloria. Mucha gente jugamos y vivimos alrededor de aquella entrañable barra de madera hecha con los restos de una barca patroneada por Paco Poleo. Pediremos a quien corresponda, supongo que será a los corregidores, que la saquen del recuerdo con un homenaje como manda el BOE.

S+ Waterfront es una obligación de nuestra ciudad y de nuestro puerto. Desde Igueste de San Andrés hasta Acorán, discurre nuestro litoral. Pasa de todo, y, todo merece atención. Si bien, hoy voy a acercarme con el zoom para hacer una foto con ojo de pez desde el Palmetum hasta el barranco de Tahodio. De este a oeste, la playita del barranco junto al Muelle Norte y su estacionada Estación. Hacia el oeste, la sede de Puertos de Tenerife, la Comandancia de Marina, Almeida, etcétera. Y, suma y sigue… Al frente o al lado la mar, con sus diques, abrigadas dársenas y muelles.

Hoy un sinfín de urbes se acercan a sus litorales. Salvo honrosas excepciones, lances pendientes, olvidados por un motivo u otro, miedo, respeto, o desinterés. St.+ comenzó la última transformación de su costa con un concurso que ganaron Herzog & de Meuron. Tras debates y aproximaciones en aras del consenso y aportación ciudadana, se aprobó en 2004 el Plan Director que proponía nuestro frente portuario y urbano entre el barranco de Santos, y la Estación Puerto-Ciudad.

Hace unos días alguien atónito con la fuerza de Anaga, nuestras montañas, paisaje, verde, mar, alisios, historia, gente, luz, color, clima y no sé qué más, me preguntó sobre el porqué de tanta dejadez. Le parecía imposible que las obras están sin rematar, que en nuestras costas no hubieran, un ejemplo, hoteles, más zonas de baño, lugares de encuentro y otros.

Tuve que contestar con rabia, que a Santa Cruz se la come la incapacidad de sus gentes para volver a soñar sin miedo al qué dirán, vive sumida en una apatía vigilada por los vigilantes de la plaza, a los que lideran una suerte de legos que proponen como fin último el marcaje cuerpo a cuerpo a todo lo que se mueva, o plantee crear riqueza o economía. Fin de la cita.