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LA GUERRA DE SIDI IFNI/SÁHARA 1957-1958 >

La última bandera española de Villa Bens

   

IFNI
El comandante Mohamed Ufkir, quien recibió por parte de España Villa Bens. A la derecha, el cabo de Infantería José Clemente Fayos, último en arriar la bandera española en Villa Bens. Debajo, un telegrama del capitán general de Canarias al ministro del Ejército comunicándole la entrega.

ANTONIO HERRERO ANDREU | Santa Cruz de Tenerife

Habrá quien se pregunte el por qué del nombre de Villa Bens. La respuesta es fácil: el gobierno español en aquel siglo XX envió a lo que era un poblado de pescadores lo que se conocía como Cabo Juby, al comandante de Infantería, Francisco Bens Argandoña, destinado en el Regimiento de Infantería Tenerife 49, a dialogar con los notables de dicho enclave de la costa africana, y con las buenas maneras logró que dichos notables aceptasen de muy buen gusto que España se instalase en dicho lugar, hoy conocido como Tarfaya, del reino de Marruecos.

‘GUADALAJARA 20’

Agradezco de corazón la valiosa información de los hechos en Villa Bens en la campaña de Ifni/Sahara, al coronel de Infantería José Belles Gassulla (teniente en dicha campaña), cabo, José Clemente Fayos quien arrió la última bandera española en Villa Bens y a los soldados, Vicente Penades Carbonell y Lionel Tarazona (intérprete de francés con los franceses y España).

A raíz de los ataques de las bandas rebeldes a Ifni y Sahara, el Estado Mayor Central del Ejército ordenó el envío de varias unidades a dichos territorios de varias guarniciones de la Península. El día 8 de enero de 1958 en el puerto de Valencia embarcaba en el buque “Dominé” el batallón de Infantería “Guadalajara 20”, al mando del comandante Salvador Martínez Ribes, con los aproximadamente 800 hombres, este batallón dejaba atrás la victoria en aquella batalla conocida como Batalla del Barro, pues en una titánica lucha sin conocer apenas el descanso limpiaron con otras unidades y personal civil los miles y miles de toneladas de barro y fango, junto con animales putrefactos y cadáveres que asolaban la comunidad valenciana.

De la magnitud de esta riada que asoló Valencia y su provincia, solo citar que a partir de la madrugada del 13 de octubre de 1957 la capital de Valencia se convirtió en algo dantesco, por citar algunos hechos, el cuartel de dicho regimiento en La Alameda, el agua llegó a las cuadras con una altura de más de dos metros, teniendo que soltar los mulos y caballos para que no se ahogasen, la valiente actitud de un soldado que nadando logró cortar las riendas de dichos animales, los cuales aparecieron a más de 2 kilómetros, en la estación de ferrocarril de Aragón, las garitas de los centinelas aparecieron encima de los vagones del tren de dicha estación. Las autoridades habían calculado que para limpiar Valencia harían falta unos seis meses, pues aquí un verdadero milagro los más de 3.000 soldados y personal civil, limpiaron Valencia en seis semanas, el ayuntamiento de Valencia como reconocimiento a esta bella tarea les concedió la Medalla de la Gratitud, en cuyo texto de dicha medalla se lee esta leyenda: ¡Que Dios te lo pague!

Allí, en el puerto de Valencia, el espectáculo era de auténtica emoción y tristeza, madres, novias, hermanos y amigos despedían a estos soldados donde habían lágrimas y abrazos de despedida.

PUNTO DE DESTINO

El regalo de Reyes Magos para este batallón fue el embarque en el buque “Dominé” de la compañía Transmediterránea, eran la 1ª Compañía con tres secciones; la 2ª Compañía, igual que la anterior; la 3ª Compañía lo mismo y la 5ª Compañía, al igual que las anteriores, pero con una sección de cañones sin retroceso y otra de morteros.

Allí hubo un gesto digno de mención, el entonces teniente Enrique Brines Lorente, su esposa, había dado a luz un hijo recientemente, el entonces capitán general de la III Región Militar, Joaquín Ríos Capapé, enterado de este hecho, le llamó y le comunicó que podía quedarse, que otro compañero cubriría su vacante, alegando este teniente que por nada del mundo cubriría su puesto ningún compañero.

En definitiva, nadie del batallón sabía el destino de ellos, pues hasta incluso el capitán del barco portaba un sobre “secreto”, que tenía que abrir cuando navegasen varias horas y en dicho momento se sabría el destino. No obstante, la emisora más fiable en el mundo de la milicia radio macuto era la que ponía en boca que con seguridad, y visto lo que ya se sabía por las noticias de los ataques a los territorios del África occidental española, o bien Ifni, Sahara o Villa Bens.

Una vez que el Dominé se situó frente a la costa de Villa Bens, a través de unas redes los soldados se descolgaban a unos Carabos que les trasladan hasta la playa, allí les esperaban otras unidades de la II Bandera de la Legión, y las compañías de Infantería Canarias 50 y Tenerife 49, así como una sección de ametralladoras del II Tabor de tiradores de Ifni.

El bautismo de fuego de este batallón fue el 9 de febrero de 1958, en la denominada operación Teide, en cuya orden de operaciones nº 1, fuerzas de este batallón de Artillería y un grupo de Caballería en la agrupación B tomaron parte en la acción de guerra en la ocupación de “Tuide fret”, donde lograron apoderarse al huir el enemigo de un enorme botín de guerra, donde había cuantiosa cantidad de víveres, material logístico y según un oficial de Intendencia todo aquello podía atender perfectamente a unas 1.000, hombres, una vez finalizada esta operación se realizó la de “Hagunia” con gran éxito, gracias a la colaboración de fuerzas francesas y el escuadrón paracaidista del Ejército del Aire español.

LÁGRIMAS DE SOLDADOS

El 19 de mayo de 1958, tras los acuerdos de España y Marruecos en Cintra (Portugal), se iba a entregar Villa Bens al reino alaui, para cuyo acto iba a llegar una columna de mil soldados de Marruecos, a las órdenes del entonces comandante Mohamed Oufkir, quien años más tarde preparó un complot para asesinar al rey Hassan II, que resultó fallido y que le costó la vida a Mohamed Oufkir.

Por parte de España estaba presente el entonces teniente coronel de Caballería, diplomado de Estado Mayor, Adolfo Artalejo Campos, el capitán de Caballería también de Estado Mayor, Ramón Quintana Yaniz, el capitán interventor, Luis Sehadifirine Muñoz y el comandante de Infantería, Manuel Rabanera Ortiz, así como el capitán de Intendencia , Carlos Serra Ureta.

Tras rendir los honores de ordenanza en dicha entrega por parte de las fuerzas de Marruecos y España quedó una sección reforzada del batallón Guadalajara 20 al mando del teniente Pascual Fuster Montaner de la 5ª Compañía.

En este histórico acto a quien le cupo el honor, testigo y protagonista fue al cabo José Clemente Fayos, de arriar la última bandera española de Villa Bens. Hoy, después de más de medio siglo así recuerda este triste acto: “… Las fuerzas que defendíamos aquel reducto de Villa Bens éramos dos escuadras de morteros de la 5ª Compañía con el teniente antes citado.

Lo más emotivo de este triste acto es cuando recibe la orden de arriar la bandera española, yo veía que todos mis compañeros por sus mejillas resbalaban unas lágrimas y hasta se escucharon sollozos de quienes no podían contener la emoción, pero aún fue más emotivo cuando escuchamos el toque de oración. A continuación, plegué la bandera y se la entregué al comandante, Manuel Rabanera Ortiz…”.

A continuación, esta sección embarcaba en la barcaza de la Armada (K-2), siendo el cabo José Clemente Fayos el último en abandonar y embarcar a bordo del buque Ciudad de Alicante, con su batallón.

El cabo José Clemente Fayos tiene ganado lo que tan magistralmente escribió este intelectual: “… ¿Has cumplido con tu deber? Confía en el cielo, que no te abandonará…” (Samaniego).