Alcalde de saldo – Por Pedro Fernández Arcila

La caída en picado de la popularidad de Bermúdez lo ha obligado a poner el cartel de rebajas y por un módico apretón de manos está dispuesto a ofrecer una promesa a cualquier asociación de vecinos que se reúna con él. Estos últimos meses se ha empleado a fondo y se ha comprometido con los vecinos de Las Retamas a abrir en tres meses las piscinas del barrio cerradas desde que, hace dos años, terminara la obra, con los vecinos de Las Moraditas arreglar el aparcamiento público que lleva más de 20 años sin uso y con los vecinos de García Escámez a abrir de manera inminente el mercado de La Abejera cuando hace unos meses rechazó una moción de Sí se puede que pedía su apertura. Antes se había obligado con los comerciantes de la calle de La Rosa a ampliar la acera y de esta manera mejorar el entorno de la calle, con los vecinos de El Toscal a rehabilitar la Casa Siliuto para destinarla a casa de la juventud, con los vecinos de Tíncer a redactar el proyecto de la piscina para la parte alta del suroeste, con los vecinos del barrio de La Salud a resolver, entre otras promesas, el problema de un solar que amenaza con afectar a varias viviendas, con los vecinos de Ofra a redactar el proyecto de parque para la Montaña de Taco, con los vecinos de Nuevo Obrero a construir un local social para el barrio, con las trabajadoras de Mararía a mantener sus puestos, decenas de promesas con los de Añaza, con los vecinos de La Candelaria, José Antonio, El Toscal, a rehabilitar sus viviendas, con colectivos vecinales a denunciar judicialmente la situación del Viera y Clavijo, y así un largo etcétera. No ha cumplido ni una sola de ellas. En ocasiones Bermúdez incluye partidas en el presupuesto logrando que los vecinos se ilusionen a la vez que se silencian las voces más críticas, pero, pasados los meses, empieza a descolgar estas partidas del perchero municipal, como si fueran abrigos viejos.

Pedro Fernández Arcila es Concejal de Sí se puede en Santa Cruz