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El corral del medio – Por Luis Aguilera

   

Estas democracias formales y no participativas tienen, por esta misma razón, un déficit importante: son demasiado vulnerables al antojo de los medios de comunicación. En otras palabras, los ciudadanos abandonan independencia y análisis para ceder su criterio a lo que les digan los formadores, o mejor, los deformadores de opinión. Cualquiera puede pensar que esta afirmación peca de facistoide al poner en duda la inteligencia de la gente.

Pero en Argentina las primarias de agosto demostraron la eficacia de una campaña corrosiva y feroz del grupo Clarín contra el kirchnerismo y que probablemente lo llevan a una nueva derrota en las próximas legislativas. Clarín es un monopolio poseedor del 361 medios.

Desde la principal cadena de radio hasta pequeñas emisoras de provincia, pasando por TV de aire y cable y, cómo no, la prensa escrita, siendo el propietario prácticamente de todos los principales diarios del país, incluida la fábrica de su papel. Y una única voz es una dictadura.

A falta de argumentos y propuestas, la oposición es una simple caja de resonancia. Dócil, sumisa y temerosa, sabe que de no seguir el guión que se le dicta, directamente desaparece de la escena. Y esto incluye a sectores proclamados de izquierda que, vaciados de contenido, pliegan sus convicciones a una derecha vieja y sin escrúpulos. La misma, exactamente la misma, que espoleó y usufructuó a la peor dictadura militar que tuvo el continente.

El kirchnerismo anda bien con lo que ha hecho pero va a la pata coja con lo que no ha hecho. No ha tocado a las repúblicas independientes de las compañías mineras, subsidia a sectores de grosera riqueza y ha permitido que Monsanto sea peligrosamente el dueño de la agricultura argentina. A falta de una crítica constructiva, el monopolio ha instalado con éxito la idea de unos Kirchner corruptos hasta la médula. Todas las denuncias terminan en baba floja y miren que tienen en su contra a buena parte del poder judicial, vergonzosamente funcional al Grupo.

“Los pueblos tienen nostalgia de sus cadenas”, sentenció un general colombiano. Es la aburguesada clase media la que ahora les da la espalda. Olvida dónde y cómo estaba antes de los Kirchner. Olvido que la puede volver a meter en su corralito.