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Libros de texto electrónicos – Por Gustavo Matos

   

Todos los años llegados el mes de septiembre las familias con niños en edad escolar se encuentran con su especial cuesta de otoño al tener que desembolsar una cantidad enorme de dinero para cubrir las necesidades de material escolar. Entre esos gastos destaca uno por encima de todos. El de los libros de texto. Algo que a día de hoy solo se explica por el peso del lobby de las editoriales y de la falta de imaginación de los responsables públicos. Este año en Canarias la media de gasto en este concepto ronda los 190 euros de media por niño. No olvidemos que además este desembolso tiene también su coste para la administración que destina todos los años, unas más que otras, cantidades importantes de presupuesto público para garantizar el acceso a la educación a los niños y niñas de familias que por su nivel de renta no pueden abonar las cantidades correspondientes. Pero este gasto en la actualidad y con el avance de las nuevas tecnológicas no tiene sentido alguno que se mantenga y podría tener sus días contados. Hoy en día se pueden adquirir tablets de bajo precio hasta por 45 euros con las prestaciones suficientes para conectarlas a Internet y descargar archivos con más o menos capacidad. Bastante más barato que los 190 euros de media en libros de texto y además válido para varios cursos académicos. Pudiendo añadir un sistema de préstamos para quienes aun así no se puedan costear los 45 euros de la tableta digital. A ello le añadimos nuestra obligación de conseguir y educar a los alumnos conforme a la época que les ha tocado vivir, y teniendo en cuenta como se ha abaratado la tecnología el reto sería conseguir que cada alumno o alumna en España que curse enseñanza obligatoria utilice una tablet como ahora usamos los cuadernos o los libros de texto. Por ello, desde el punto de vista del gasto y desde el punto de vista tecnológico hoy no es un disparate que en el sistema educativo demos el salto digital de manera generalizada. Al pensar en esta idea he encontrado algunas experiencias ya en marcha de algunos colectivos de padres y madres, y educadores con muy buenos resultados. De ese modo, el alumno en lugar de tener que comprar todos los años los libros de texto en formato de papel, podría descargarlos en su tablet lo que además conseguiría dos efectos añadidos. Uno evitar a los pequeños ese sobrepeso de acarrear mochilas repletas de libros, y por otro que los contenidos sean actualizables permanentemente. Se acabó lo de que un libro no sirve para el siguiente año, o las diferencias de contenido entre las comunidades autónomas. Si a esto añadimos un esfuerzo por extender redes wifi en los centros la tiranía de los libros de texto tiene sus días contados.

Gustavo Matos es SECRETARIO DE POLÍTICA MUNICIPAL EN EL PSC
@matosgustavo