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Marisa Salanova: “Muchas veces nuestras crisis son por no querer cambiar”

   

doctora Marisa Salanova

Marisa Salanova, presidenta de la Sociedad Española de Psicología Positiva (SEPP). | DA

DOMINGO J. JORGE | Santa Cruz

Estos días, la doctora Marisa Salanova, presidenta de la Sociedad Española de Psicología Positiva (SEPP), participó con una ponencia en el Congreso de Oftalmología celebrado en Adeje. Salanova, que también es catedrática de Psicología Organizacional Positiva en la Universitat Jaume I de Castellón, concedió a DIARIO DE AVISOS una entrevista en la que subrayó la importancia en este momento del trabajo que se realiza frente a la crisis desde el ámbito de la psicología positiva.

-¿Se puede ser positivo hoy ante el horizonte oscuro que se vende a la sociedad?

“Precisamente, en época de vacas flacas, como la que estamos viviendo ahora con la crisis, es momento de hacer un esfuerzo y cambiar el chip. Hay una frase de Albert Eisntein útil en este momento. Él dijo que no pretendamos que las cosas cambien si seguimos haciendo lo mismo. Efectivamente, los sistemas de gestión económica, social y política que hemos utilizado hasta ahora vemos que no han funcionado y que han tenido consecuencias fatales. Pero también la actitud con la que afrontamos las situaciones debe cambiar. No quiere decir esto que no aceptemos la situación tal cual es. Todo lo contrario. Supone aceptar la situación con una actitud de atención plena al presente, y con optimismo o perspectiva positiva hacia el futuro. Nos habíamos acostumbrado a estar en nuestra zona de confort, pero hay que cambiar y dar el salto hacia nuevas perspectivas, nuevos retos, hacia nuestra zona de aprendizaje. Muchas veces la única crisis que tenemos es la de no querer cambiar: que nos dejen como estamos, pero la realidad no es esta”.

-¿Y dónde cabe aquí la psicología positiva?

“Pues justamente en este contexto, para dar respuestas a la crisis; ahí es donde cabe la psicología positiva. Su padre es Martin Seligman, profesor de Psicología en la Universidad de Pensilvania. En 1999, en su discurso como presidente de la American Psychological Association, se propuso desarrollar la psicología positiva desde la investigación científica alrededor del mundo para dar respuesta a muchos problemas personales y sociales desde una nueva mirada, para que no se focalice en lo que va mal, sino en las fortalezas de las personas, los grupos, las organizaciones y los países y comunidades. El objetivo se está alcanzando”.

-¿Cuáles son las razones de este giro? ¿Por qué hay que investigar y trabajar a nivel profesional con lo positivo?

“Las razones son de tres tipos desde mi perspectiva. Por un lado, las razones científicas. Es un reto la asunción de un modelo bipolar de salud, es decir, enfermedad, en lugar de una dimensión. Es importante examinar el rango completo del funcionamiento humano y organizacional, y hay que descubrir el valor añadido que tiene estudiar y potenciar los estados y procesos positivos. Realmente no sería estudiar lo positivo para dejar lo negativo a un lado. Sería más bien contemplar una perspectiva integral, estudiar las dos caras de la moneda para tener una visión más completa de la realidad humana y social, en la que conviven ambos lados: el lado oscuro y el lado brillante de la vida. Luego, las razones prácticas. Realizar un cambio de foco. En lugar de prevención y tratamiento, tender a la mejora, optimización y amplificación de la salud en el trabajo y en las organizaciones. Investigaciones recientes en las organizaciones han descubierto que los directivos que se centran en las fortalezas de los empleados son 1,9 veces más efectivos; los equipos de trabajo ilusionados y positivos, son 1,4 veces más productivos. Los empleados más felices y satisfechos en el trabajo no solo se encuentran mejor a nivel personal sino que tienen mejor adaptación social tanto en el trabajo como fuera de él. Finalmente, las estratégicas. Una aproximación positiva suena y se vende mejor, y además es estratégico construir un puente entre la salud ocupacional y el desarrollo de los recursos humanos. Son dos mundos que tradicionalmente se han desarrollado por separado, pero es necesaria su unión para mejorar la sociedad y las organizaciones contribuyendo a que sean más saludables y resilientes, así como colaborar en un mejor desarrollo de las personas como seres humanos”.

-¿Y cómo se puede conseguir que una organización sea más saludable?

“En un estudio muy reciente que hemos llevado a cabo en la Universitat Jaume I, en el marco del equipo WONT y publicado en Group & Organization Management, encontramos resultados muy interesantes al respecto de cómo hacer para que las organizaciones sean precisamente más saludables y resilientes. En este estudio recogimos datos de más de 100 empresas y organizaciones españolas de diversos sectores, con más de 3.000 empleados en total y 3.400 clientes de esas organizaciones, así como datos de supervisores y mandos intermedios y gerentes. Estas empresas fueron evaluadas en plena crisis económica 2009-2011. Los principales indicadores de un equipo de trabajo saludable son: altas creencias de eficacia colectiva o creer que seremos capaces; un equipo entusiasmado, potenciando las emociones positivas, y por último, resilientes, que es capaz de salir fortalecido de las adversidades”.