EL SALTO DEL SALMÓN >

¿Nos creen tontos o qué? – Por Luis Aguilera

Siempre que aparecen situaciones como la de Siria, uno se pregunta cómo se hacen guerreros aquellos que en su vida cotidiana difícilmente llenan un plato de comida. Entre los privilegios de los ricos y la gente de buen pasar, las guerras son con frecuencia más negocio que sufrimiento. Estos no tienen bajas en el frente porque el frente nunca toca los escritorios. Quienes ponen el cuero son los de siempre. Por eso resulta inexplicable que terminen matándose con armas muy sofisticadas y que para la guerra si haya lo que nunca tienen para comer y vivir en épocas de paz.
Tengo una referencia lejana del valor de una bala para un fusil AK47 y creo recordar que era 1.05 de dólar. Así, una sola ráfaga de celebración o de combate es superior al salario de una semana en cualquier país de desarrollo medio como lo son los países del Oriente Medio. Si a esto le sumamos transporte, logística, raciones y que hay cohetería antiaérea y artillería antitanques, la conclusión es que las guerras sólo pueden ocurrir si se las financia con generosa y larga mano. Y sólo las potencias están en poder de crearlas y sostenerlas.

Pero las potencias no son morales porque el poder no es moral. Para que el poder fuera moral tendría que estar distribuido entre los ciudadanos que quizá se pensarían mucho en mandar a los suyos a matar y a que los maten. Se necesitarían razones verdaderas y suficientes. Vaya como ejemplo el rechazo a una invasión. La inmediatez y el ataque arrollador de los medios de comunicación inhiben esa zona del cerebro que pregunta más allá de la barahúnda de las noticias. ¿Cuál es el fin último que buscan las potencias?

Se nos ha venido vendiendo el cínico y putrefacto concepto de la “guerra humanitaria” que es contradictorio en sí mismo. Ni la muerte ni la destrucción pueden encajar en el respeto a la vida. Con la amenaza a Siria estamos otra vez asistiendo a una farsa. Estados Unidos y sus aliados europeos no quieren castigar el uso de armas químicas. Qué poco les importa el pueblo sirio. Solo marchan por ahora sobre Irán. Y su petróleo. Y de paso detener la expansión de China y arrinconar a Rusia.

A los imperios no les gusta que les corten la hierba bajo sus pies. Eso es todo. ¿Nos creen tontos o qué?