conjeturas >

Numancia versus Miami – Por Juan Manuel Bethencourt

El mes de agosto nos dejó consigo dos lecturas bastante evidentes sobre el actual escenario político español. Arrancó y finalizó con sendas comparecencias del presidente del Gobierno, una en el Senado y otra entre compañeros de partido, la típica cita con la que los líderes políticos dan por terminadas sus vacaciones. En ambos ejercicios dialécticos Mariano Rajoy ejerció con mano firme su vocación de resistente. De resistente a los vaticinios, que nunca han sido demasiado generosos sobre su persona, pero también de resistente a la presión de los adversarios, de los obstáculos e incluso de los hechos, tan clamorosos como son los que afectan a todo el PP tras las revelaciones truculentas del tesorero Bárcenas. Pero Rajoy, que es de todo menos un individuo imprevisible, se mantiene fiel a su guión, que pasa por eludir los acontecimientos molestos y subrayar a cambio, hasta la hipérbole, cualquier signo positivo sobre la situación económica. El mensaje es: déjenme en paz con Bárcenas, que tengo que sacar a España de la crisis. Está copiado de aquel que lanzó un Bill Clinton acosado por los primeros pasos del escándalo de la becaria, un asunto, es cierto, de muy distinta naturaleza, pero también un filón político inagotable. “No, no he mantenido relaciones sexuales con esa mujer, la señorita Lewinsky. Y ahora déjenme trabajar para el pueblo americano”, dijo entonces el presidente de Estados Unidos, y la cosa le funcionó, al menos por un tiempo, hasta que sus mentiras resultaron obvias. Esto le puede ocurrir a Rajoy, pero el presidente tiene a su vez pruebas sobradas de la eficacia de hacerse el tonto, o el mudo, o el muerto, a la espera de que pase el chaparrón o el adversario se ponga la soga él solito. Está claro que hay dos caminos paralelos aquí, el de la evolución judicial del caso Bárcenas y el propio ciclo político del país; ambos caminos pueden coincidir, pero también desviarse hasta perder su conexión por completo o casi. A ello puede contribuir la estrategia que adopte el primer partido de la oposición, y ahí entramos en el otro gran mensaje de este verano. Carme Chacón se va para dar clases por un año en la Universidad de Florida, pero, al mismo tiempo, todo en el mismo alegato, anuncia que desde allí va a preparar su asalto al liderazgo en el PSOE. De modo que los nuevos aires para la socialdemocracia española ya no vendrán de Europa, de Suecia o Alemania, sino de las playas de Miami. Pues sí, es muy posible que a la vista de este hecho tenga razón Rajoy con su estrategia numantinista.

@JMBethencourt" target="_blank">@JMBethencourt