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Pintar porque sí

   

Josefina Taller de Maijo

María José González posa en su taller de pintura. / N. D.

NICOLÁS DORTA | Arona

Josefina ha sido toda su vida peluquera y casi sin querer ha ido desarrollando su gusto por pintar. Ahora, al haber dejado su profesión se centra en hacer cuadros y prepara un ramo de tulipanes en el Taller de Maijo, que este mes cumple dos años desde su apertura. El cuadro ya está casi acabado, solo faltan algunos detalles en el color que se aprecian al alejarse, pero lo principal ya está hecho: los tulipanes en un vaso de cristal. Josefina, vecina de Guía de Isora, acude dos veces en semana a esta escuela de pintura ubicada en pleno centro de Los Cristianos para dar forma a sus óleos sobre lienzo. Como ella, unas cincuenta personas pasan las horas allí mañana y tarde.

María José González Marrero, la profesora, más conocida como Maijo, es licenciada en Bellas Artes por la Universidad de La Laguna y ha encontrado en la pedagogía de la pintura una forma de vida, alejada de los papeles de una oficina. Ella corrige las creaciones y da consejos. Esta semana este taller ha cumplido dos años “y la verdad es que el balance es positivo, teniendo en cuenta que nos ha cogido una época en que la gente se ha quitado de su hobby y mucha está en paro”, comenta la profesora. “Nosotros nos hemos mantenido con una media de 45 o 50 alumnos al menos con una franja de edad desde los tres años hasta los noventa”, dice. El precio es bastante asequible: por tres horas a la semana los usuarios pagan 30 euros al mes.
Junto a Josefina un jubilado italiano pasa su primer día en el taller. Aprende a dar forma con lápiz a una columna y sonríe cuando le comentan su parecido físico a Pablo Picasso. “Estoy probando, me aburría en casa, no me puedo pasar el rato viendo la tele, siempre me ha gustado pintar y por probar ahora que tengo tiempo”, dice. A su lado, otro compatriota da forma a unos jarrones. “Aquí viene mucha gente extranjera, de todo tipo de nacionalidades, y con diferentes intereses”, sostiene la profesora. Afirma por ejemplo que los rusos “tienen una disciplina y autoexigencia especial”.

En este taller también se da cerámica, manualidades con papel y se trabaja con un tipo de goma que es capaz de crear muñecas, aunque lo principal es la pintura y el dibujo. También una vez al mes se imparten talleres para padres e hijos. El Taller de Maijo está igualmente en Facebook “para el que esté interesado en ver lo que hacemos”, afirma esta profesional.
Maijo trabajó para el Ayuntamiento de Arona desde 2003 a 2011 donde daba clases de pintura. “Solo he hecho esto en mi vida”, afirma. “Estoy muy agradecida porque el Ayuntamiento me dio la oportunidad de estar ahí y tener tiempo para mi familia”, dice.

Considera que es importante saber apreciar y describir las formas de una figura para luego tener libertad de crear. “No me vale eso de que solo pinto abstracto porque es lo único que sé hacer”, explica. “Si no eres capaz de construir una imagen tampoco serás capaz de deconstruirla”, sostiene. “Yo me dedico a orientar a los alumnos y a que ellos sean capaces de tener su creatividad”, añade.
El salón de pintura es amplio. Hay sitio para varios caballetes donde reposan cuadros acabados, otros recién empezados, esbozos de lo que serán. Al fondo cuelga un cuartel que dice “la pintura es la poesía sin palabras”. Josefina se despide de Maijo hasta el día siguiente. Tiene la tarea pendiente de retocar los tulipanes.