Resistencia – Por María Vacas Sentís

Qué significa hoy resistir? Si entendemos la resistencia como la actitud de oponerse a una invasión territorial o de enfrentarse a una dictadura financiera sembradora de muerte, pobreza y desesperación, tengo claro que hoy la resistencia frente al neoliberalismo-piraña encuentra su mejor expresión en Latinoamérica; en países como Cuba, Venezuela, Bolivia o Ecuador, con gobiernos de izquierda que defienden su soberanía, y para quienes el centro de la política lo constituye el ser humano, la defensa de las mayorías, la salud, la educación, el bienestar de los niños, la justicia social…Una región donde la economía es un instrumento al servicio de las personas, donde se reconoce el papel fundamental del Estado como garante y gestor, y que conforma, en palabras de Ángel Guerra Cabrera, vanguardia a escala internacional en la lucha contra el neoliberalismo.

Y si en la Francia ocupada por las tropas hitlerianas entre los años 1940 y 1944, la resistencia luchaba mediante la información, creando redes de apoyo, con la lucha armada o las acciones de sabotaje contra la gangrena del fascismo y por la libertad, hoy en Europa se forcejea, en desigual guerra de guerrillas, contra las políticas destructoras de los derechos humanos y de desmantelamiento de lo público, contra gobiernos ilegítimos vendidos a los poderosos, contra los mandatos imperativos de instituciones no elegidas por los ciudadanos, o contra la progresiva restricción de las libertades. Y si el régimen de Vichy, encabezado por el mariscal Petain, es recordado como ejemplo paradigmático de colaboracionismo con el invasor germano, hoy ese papel denigrante lo ejercen los gobiernos y parlamentos colaboracionistas de Europa, cuando trastocan sus constituciones de espaldas al pueblo para consagrar el poder y la riqueza de los bancos, privatizan la sanidad para beneficio de transnacionales, permiten desahuciar a familias enteras o abaratan el despido.

Entretanto, la resistencia en Latinoamérica se mantiene digna y heroica; pese a la desinformación interesada y las campañas de desprestigio mediático, pese a miles de maniobras desestabilizadoras, sabotajes, acciones de acaparamiento o intentonas golpistas; pese a un bloqueo económico criminal a Cuba que dura ya décadas. Será que la resistencia frente al neoliberalismo tiene su honrosa casa matriz en Latinoamérica.

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