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El sueño, a punto – Por Antonio Casado

No digáis que fue un sueño. Esta vez tenemos todas las papeletas y hasta Messi ha terminando entrando en el juego de contagiar a esas noventa y ocho personas, miembros del COI (Comité Olímpico Internacional) que este sábado, hacia las 21.30, hora española, deben dar un empujoncito a la buena noticia que los españoles necesitamos como antídoto del desaliento. Si no nos une el pasado, que nos una el futuro. He aquí una causa nacional en la que estamos todos de acuerdo: la celebración en Madrid de los Juegos Olímpicos del año 2020.

Las personas reunidas en el cónclave olímpico del sábado en Buenos Aires al menos sabrán que, a diferencia de lo que ha ocurrido en Brasil, donde van a celebrarse los Juegos de 2016, los españoles en ningún caso se echarán a la calle para recordar a los gobernantes que hay prioridades más apremiantes que las del gasto en instalaciones deportivas.

Ese es un aspecto relevante en la formación de criterio a la hora de votar. Aunque parece una paradoja, los efectos de la profunda crisis económica que está padeciendo nuestro país no han llegado ni de lejos a alterar la estabilidad política ni la paz social, dos variables decisivas en la celebración de unos Juegos. Sin embargo, estos tiempos de tribulación no impiden un altísimo nivel de apoyo popular a la candidatura Madrid 2020, cuyo abanderado mayor está siendo puerta a puerta el príncipe de Asturias, don Felipe de Borbón.

Dos encuestas recientes acreditan la condición de causa nacional que ha adquirido la candidatura madrileña. Una del propio COI, con el 81% de los españoles a favor. Y otra del COE (Comité Olímpico Español), encargada a la empresa Mediapost, que eleva ese apoyo hasta el 91%. En ambas se recoge la opinión generalizada de que la celebración de los Juegos será económicamente rentable, que va a crear puestos de trabajo, que va a suponer un importante estímulo para el despegue de la economía española y que, por supuesto, va a mejorar la imagen de nuestro país en el mundo. Nos la jugamos frente a Tokio y Estambul. Madrid quiere y puede. Pasión contagiosa junto a solvencia acreditada. En la memoria universal, Barcelona 92. Y, además, es que lo necesitamos para levantar cabeza entre tantas malas noticias que nos hablan de paro, pobreza, desigualdad y deterioro progresivo en los servicios públicos.

Y esta vez tenemos las de ganar. A primera hora de la noche del sábado haremos una vía nacional de voluntades encadenadas desde Huelva hasta Figueras para que en la capital argentina nos sea propicio el recuento de votos.