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La ULL busca patrocinadores para sus alumnos sin recursos

   

Apertura del curso 2013-2014
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Apertura del curso 2013-2014

Varias imágenes del acto que ha tenido lugar este viernes. | JAVIER GANIVET

TINERFE FUMERO | Santa Cruz

Una buena idea que la Universidad de La Laguna (ULL) no sólo hace suya, sino que además ya trabaja para que se convierta en realidad. La propuesta lanzada hace unos días por la presidenta de la Conferencia de Rectores de Universidades Españolas, Adelaida de la Calle, para buscar patrocinadores privados para los alumnos sin recursos es del agrado del rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Doménech, quien confirmó en la tarde de ayer a este periódico que ya hay contactos con fundaciones y empresas para tal fin.

Medida tan desesperada llega a la Universidad española ante el apreciable descenso en el número de matriculados que ha generado la pésima situación económica que atraviesan tantas familias y el considerable aumento de las tasas determinada por la Administración central. En el caso de La Laguna, Doménech cifró en 1.169 el descenso en número de alumnos para el curso venidero, en el que se han matriculado 20.812 por los 22.083 del anterior.

Las declaraciones de Doménech se producen con motivo del acto de apertura del curso 2013-2014, celebrado en la mañana de ayer en el Paraninfo y que contó con la presencia de las primeras autoridades de las Islas, entre las cuales se encontraba el presidente autonómico, Paulino Rivero, o la delegada del Gobierno en Canarias, María del Carmen Hernández Bento.

Domenech clama por la refundación universitaria y apuesta por remunerar a los docentes según su calidad

El rector acusa a la Consejería de discriminar a La Laguna respecto a Las Palmas y advierte que la ULL “ya no puede con más recortes”

Lejos de salir del paso con un discurso protocolario, el rector de la Universidad de La Laguna, Eduardo Domenech, pronunció ayer con motivo de la apertura del curso un alegato cargado de contenido y en el que brilló por su incorrección política.

Así, el rector no dudó en alertar de que, a su juicio, la Universidad con mayúsculas se encuentra en un momento ideal para su refundación, al punto que lo comparó con la Alemania de principios del siglo XIX, un proceso del que surgieron el principio de libertad de cátedra y la autonomía universitaria como pilares del concepto actual.

Para tan fundamental proceso, el rector invitó a un debate democrático cuyo fin debe conciliar las distintas exigencias que afronta la Universidad. Así, Domenech no reniega de su creciente papel como formador de profesionales al asegurar que “el hecho de convertir nuestras escuelas y facultades en centros de formación de profesionales no es malo en sí mismo”, pero sí que lo considera insuficiente.

Siguiendo a Ortega y Gasset- el máximo responsable actual de la ULL recupera la necesidad de que la Universidad sea el centro donde se forma la elite de la sociedad, aunque puntualizó que dicha elite no debe coincidir necesariamente con los que ostentan el poder jurídico. Domenech no duda en rememorar las palabras del gran sabio español del siglo pasado: “La sociedad necesita buenos profesionales (jueces, médico, ingenieros), y por eso está ahí la Universidad con su enseñanza profesional. Pero necesita antes que eso, y más que eso, asegurar la capacidad de otro género de profesión: la de mandar. En toda sociedad manda alguien (grupo o clase, pocos o muchos). Y por mandar no entiendo tanto el ejercicio jurídico de una autoridad como la presión e influjo difusos sobre el cuerpo social… Por eso es ineludible crear de nuevo en la Universidad la enseñanza de la cultura o sistema de las ideas vivas que el tiempo posee. Esa es la tarea universitaria radical. Eso tiene que ser, antes y más que ninguna cosa, la Universidad”.

Fiel a su principio inspirador de que es hora de pasar a la acción, el rector no duda en señalar a los profesores como “la piedra angular de la reforma de cualquier sistema educativo. Sin desdeñar a los otros miembros de la comunidad universitaria y a las instituciones sociales, lo que es evidente es que todo
proceso de mejora organizacional debe ser liderado por quien tendrá que aplicarlo”

A pesar de asignarles función tan relevante, el discurmso está lejos de ser complaciente con el personal docente, al que avisa con una clara exigencia: .”A mi juicio el buen profesor implica, a la vez y de manera indisociable, ser un buen docente y un buen investigador”. Pero una de las fases más controvertidas llega cuando Doménech se cuestiona en voz alta: “¿por qué nos resistimos a denunciar casos manifiestos de incompetencia docente?” para, a continuación, plantear en positivo: “¿por qué no discriminar en función del nivel de calidad de la docencia que se desarrolla?”.

En coherencia con lo apuntado, el rector plantea la necesidad de establecer un sistema de remuneración para los docentes en el que de alguna manera se premie la calidad de su trabajo, eso sí, siempre tras una previa negociación que amplía a la comunidad universitaria y que espera plasmar pronto. Para ello anunció un inminente Pacto para el Aprendizaje y el Rendimiento Académico.

Pero Domenech también exige al profesor que sea un agente de cambio social en respuesta a los alarmantes porcentajes de exclusión social que presenta nuestra sociedad actual. Esa actitud revolucionaria en poso de la transformación de esa sociedad injusta también la exige hacia dentro de la institución, “no dejándonos encadenar por los privilegios adquiridos, las comodidades alcanzadas y las seguridades disfrutadas”. A este respecto, entiende que mantener las plantillas ha sido una decisión acertada a pesar de los recortes sufridos, pero recuerda como compromiso ineludible una reestructuración de centros y departamentos para la que espera contar con autorización gubernamental antes de que acabe el año.

A esta altura del discurso, Doménech se dirige directamente al consejero de Educación, José Miguel Pérez, al que recuerda que, si bien quedaron atrás los tiempos en que las universidades canarias estaban enfrentadas, no dudó en denunciar su “malestar por el manifiesto trato diferencial que la Universidad de La Laguna está recibiendo respecto a su hermana canaria, en lo relativo a la falta de un mismo criterio a la hora de ceder espacios para dar respuesta a nuestras urgentes necesidades de infraestructuras, concretamente nos referimos a la Facultad de Educación y la cesión de la Escuela Aneja, pero confío en que pronto llegaremos a un acuerdo”. En aras a la verdad, luego aplaudió a Pérez un incremento presupuestario para las universidades canarias en 7,4 millones de euros lo que, dijo, permitirá al final finalizar la obra de Bellas Artes.

Tras una denuncia amarga sobre el maltrato financiero que sufren las universidades en nuestro país – “Existe un déficit manifiesto en la consideración social de la relevancia del conocimiento”- lamenta sus efectos futuros y considera paradójico e incluso “sospechoso” que la oferta privada aumente ajena a la crisis. En otro momento álgido de su intervención, Doménech eleva la voz para que gritar en nombre de la ULL que “¡ya no podemos más!” tras 30 millones de euros en recortes.

Especialmente significativo sobre el sentir del rector resulta este párrafo, ya casi al final de su discurso: “Lo resumo en una frase: A pesar de la crisis lo que tiene que haber es más universidad. Como así lo han hecho los nueve estados europeos que han aumentado el dinero que destinan a la educación superior entre 2008, momento en el que se inició la actual crisis económica, y 2012. Sin embargo, España se encuentra en el grupo de países que ha metido la tijera por encima del 10%. Lo que nos situará en un contexto próximo, como indica el director adjunto de Educación de la Unión Europea, donde ‘habrá ganadores y perdedores’, y se ampliarán las diferencias entre universidades y entre sistemas educativos”.

Domenech clama por la refundación universitaria y apuesta por remunerar a los docentes según su calidad.

Puedes leer el discurso íntegro del rector pinchando aquí.