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Berriel: «El estudio de impacto de Repsol es propio de un país bananero»

VICENTE PÉREZ | Santa Cruz de Tenerife

El pleno del Parlamento de Canarias volvió a ser este miércoles un escenario para los reproches y el cruce de acusaciones entre CC y PSOE, por un lado, y PP, por otro, a cuenta de los sondeos petroleros de Repsol previstos frente a Lanzarote y Fuerteventura. En el lado a favor de estas prospecciones, el diputado del PP Manuel Fernández desacreditó los argumentos del Gobierno canario contra el estudio de impacto ambiental de los sondeos al calificar las declaraciones del Ejecutivo regional de «tremenda tontería que deja en ridículo a los canarios» y cuestionó que el no al petróleo tenga «un amplio rechazo social», pues «a las manifestaciones no van ya sino 250 personas, los mismos ecologistas de siempre, y allá ellos».

Por su parte, tanto el consejero de Obras Públicas,Transporte y Política Territorial, Domingo Berriel (CC), como el portavoz parlamentario del PSOE, Manuel Fajardo, calificaron de «monumental chapuza» la documentación presentada por Repsol para evaluar el impacto ambiental de sus perforaciones en busca de crudo o gas a unos 60 kilómetros de las islas orientales.

El diputado popular comenzó su intervención considerando que «un presidente del Gobierno como Paulino Rivero no puede contradecir a tantos científicos autores de un estudio de 2.000 páginas para decir que es nulo o un fraude de ley, porque entonces qué asesor tiene o qué lectura hizo él, que dice tremenda tontería dejando en ridículo a los canarios». Entre los «disparates» dichos por Rivero, Fernández citó el de «las afecciones de los sondeos a la agricultura» o a «las placas tectónicas, que aquí no hay, sino a mitad del Atlántico, pues eso sería como clavar un clavo en la plaza de España y que se derrumbara el faro de Orchilla», ironizó. También reprochó al Gobierno canario que haya dado a entender que las prospecciones en Marruecos no tendrán impacto y las que se hagan en aguas españolas sí, al tiempo que advirtió de que el trámite ambiental no está para rechazar los sondeos sino para que se adopten medidas con que corregir sus impactos previsibles.
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Manuel Fernández: «Un presidente del Gobierno como Paulino Rivero no puede contradecir a tantos científicos»[/sws_pullquote_right]

Berriel le desmintió este extremo: «Nunca hemos dicho eso, sino que debe ser el Gobierno estatal el responsable de evitar esos efectos, ya que es política internacional, es derecho internacional». Y a renglón seguido reprobó que, con estas palabras de Fernández, y las dichas en su momento por el ministro José Manuel Soria, «se ratifica un fraude de ley, porque la decisión de hacer las prospecciones ya está tomada, sea cual sea el resultado de las alegaciones presentadas» contra este proyecto, que cifró en más de 10.000.

En este punto, el consejero comenzó a desgranar las deficiencias del estudio de impacto ambiental, al que tachó de » burla y monumento a la precipitación y falta de rigor», y que, si quedara como está, «sería una monumental chapuza administrativa» propia de «un país bananero».

«Indicios de fraude de ley»

Por ello, Berriel mantuvo que «si el Ministerio no ve nulidad e indicios de fraude de ley, serán los tribunales los que impidan las prospecciones«. En este sentido, criticó que «no haya proyecto técnico aún, por lo que difícilmente se puede evaluar en detalle riesgos concretos».» Se tapa con información vacua», añadió Berriel, » la ausencia de conocimientos del riesgo de prospecciones sobre toxicidad de lodos, los riesgos sísmicos de técnicas de fracking no descartadas, las especies afectadas por explosiones u ondas acústicas, ni sobre valores ambientales que pueden verse dañados; no hay estudio de alternativas solventes, ni se justifica la alternativa elegida ni se estudia la alternativa cero; tampoco se evalúan las afecciones al turismo, la ganadería o la pesca».

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Berriel: «Si el Ministerio no ve nulidad e indicios de fraude de ley, serán los tribunales los que impidan las prospecciones»[/sws_pullquote_left]

Lamentó igualmente que «pese a la trascendencia de la contestación pública, no se haya hecho un análisis del rechazo social a este proyecto, algo a lo que está obligado por ley, cuando hay más de 10.000 alegaciones».

Fue en este punto cuando Berriel se preguntó si merece la pena poner en peligro «unas aguas que están entre las cinco más selectas del planeta por su biodiversidad» y con una industria turística que general más del 30% del PIB canario. «No existe ninguna otra región del mundo donde se combine la industria petrolera con una potente zona turística y una zona ambiental tan sensible», remachó.

Desde el PSOE, su portavoz parlamentario, Manuel Fajardo, coincidió con Berriel en que el estudio de impacto es «un monumento a la falta de rigor y la precipitación» y esperamos que el ministro de Medio Ambiente, Miguel Arias Cañete, «lo rechace de plano».

«No es una multinacional extranjera»
En su segunda intervención, el diputado del PP Manuel Fernández negó que Repsol vaya a utilizar la técnica del fracking junto a Canarias, y que los sondeos amenacen el suministro de agua a las desaladoras de las islas orientales, «pues en Bahrein su riqueza es el petróleo y la pesca, y el 90% del agua que consume es desalada». Igualmente, el parlamentario popular dudó que la Justicia finalmente dé la razón al Gobierno canario, pues «han hecho ya siete recursos, y seis los ha rechazado ya el Tribunal Supremo , y uno el Tribunal Superior de Justicia de Canarias». En defensa de Repsol, Fernández dijo que no es una empresa extranjera, sino que «tiene su sede social en Madrid y cotiza en España».

Por su parte, el diputado del PIL Fabián Martín, pidió que este asunto se aborde siempre ofreciendo «información veraz y rigurosa» y llamó la atención de que la propia Repsol alerta en su estudio de impacto que la extracción de crudo «puede resultar catastrófica» en caso de accidente y que los daños de un derrame blow out en los sondeos serían «desastrosos».

[sws_grey_box box_size=»620″]Insulto sí, insulto no
El debate parlamentario sobre este punto terminó de una forma aún más crispada, pues el diputado popular dijo que le había «dolido» que Fajardo afirmara en una emisora de radio que él había llamado «gilipollas» en el Parlamento a quienes están contra los sondeos. «Eso es mentira», enfatizó Fernández, quien aclaró que solo había aludido a un artículo de prensa en que se afirmaba tal cosa. Sin embargo, el diputado socialista se aferró al diario de sesiones para ratificarse en que el PP profirió ese insulto, aunque el parlamentario popular se afanó por deshacer las dudas de que esas palabras textuales no eran realmente suyas.
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