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juicio con tribunal de jurado popular > muerte de dos niños en vistabella (santa cruz, 2011)

Sonia: “Prometí que mataríamos a nuestros hijos pero no le di importancia”

   

Sonia Prieto parricida Vistabella

Sonia Prieto, durante su declaración ayer en la segunda sesión del juicio con jurado. / SERGIO MÉNDEZ

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Sonia, la madre de los dos niños fallecidos en diciembre de 2011, se desdijo ayer de sus reiteradas confesiones y acusó a su pareja sentimental, Ponce el curandero, y padre del más pequeño, de haber sido el autor material del doble asesinato de Tindaya, de 11 años, y Joseba, de 5.

La mujer, que declaró ayer al inicio de la segunda sesión del juicio que celebra la Sección Sexta de la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, reconoció el terrible pacto que cerró con el varón para acabar con los menores y luego quitarse la vida, pero le restó importancia asegurando que “lo prometí pero tampoco le di importancia” o “no pensé que llegáramos a ese extremo”.

Si bien ya se conocía a través de los forenses que Sonia ya incluía a su hija mayor -Tindaya, 11 años al morir- en sus tendencias suicidas de 2003, ayer desveló que este acuerdo asesino estaba hablado con Ponce desde antes de nacer Joseba, fallecido con 5 años.

Si el pasado lunes fue el acusado quien delegó toda responsabilidad material en su compañera, ayer fue ella la que aseguró que Ponce asfixió a los dos pequeños. A preguntas de las acusaciones y de su abogada defensora, Sonia se presentó como un pelele manejado por Ponce, al que acusó de tener preparada la carta en la que se recogen las criminales intenciones de la pareja cuando llegaron el día antes del doble asesinato.

Esta declaración refuerza parte de la hipótesis expuesta por la acusación particular que representa al padre de Tindaya y que lleva la letrada tinerfeña Beatriz Pérez Báez y que comparte la popular, ejercida por la asociación Lakshmi, acerca de una acción conjunta y planificada que se desencadena ante la presión de los guardias civiles que buscan a Ponce esos días y cuyo objetivo era ser dados por locos y acabar en el psiquiátrico.

Si decía Ponce que apenas recordaba lo sucedido desde la muerte de los niños (viernes 9) al hallazgo (martes 13), ayer fue Sonia la que aseguró que ni sabía cuántos días habían pasado, por mucho que su memoria se iluminase para culparlo a él de echar el zotal, de intentar asfixiarla…

Enfrentada a sus contradicciones por las partes, Sonia se refugió en una confesión (“He mentido en todo”) y su sempiterna renuncia vital: “Mi vida ya no existe, estoy aquí por ustedes”.

Marcos padre de Tindaya niña asesinada en Vistabella

Marcos, ayer en el Palacio de Justicia. / SERGIO MÉNDEZ

Marcos, el padre de la niña: “A Tindaya nunca le gustó Ponce”

Si la mañana arrancó con el espeluznante testimonio de una madre acusada del doble asesinato de sus hijos, la otra cara de la moneda llevaba el rostro de Marcos, exmarido de Sonia y padre de la niña fallecida.

Como si fuera ayer aquel triste martes 13 en que se desveló el terrible crimen acaecido en la calle Primero de Armenia del santacrucero barrio de Vistabella, Marcos volvió a ser fiel reflejo de la desolación, lo que determinó su declaración, para la que solicitó un biombo en su afán de poder controlar sus emociones ante la cercanía de los acusados por asesinar a su hija Tindaya.

Según explicó, su expareja nunca le perdonó que él terminase con la relación y ello se tradujo en regatearle todo el tiempo posible que le correspondía con la pequeña. Explicó Marcos que aquel lunes averiguó por sus amigas que la niña no había ido al colegio, pero que Sonia no le respondió a sus insistentes llamadas telefónicas.

A pesar de todo, manifestó que “nunca hubiera pensado que Sonia hubiera podido hacerle daño a la niña”. Sobre Ponce, recordó un dato: “A Tindaya nunca le gustó”.

A este respecto, Rita, hermana de Sonia, dijo después que Tindaya le había explicado a sus primas que “no le dejaban querer a su padre”. La mujer, que aprovechó su declaración para anunciar la renuncia de esta rama de la familia (tíos y abuelos de los niños) a cualquier indemnización que les corresponda, describió el horrible panorama que encontraron cuando atisbaron el interior de la habitación donde se hallaron los cadáveres, a la par que describió a su hermana como “frágil” y “manipulable”.