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Ganar las discusiones – Por Andrés Brito

¿Sabías que los antiguos agricultores romanos sacudían la tierra de las raíces de las plantas para comprobar si estas estaban cogidas sólidamente al suelo? “Sacudir” en latín se decía “quatere”, y si a eso sumamos el prefijo “dis”, “separar”, nos sale “dis-cutir”, es decir, “sacudir por separado” los argumentos que se emplean en un intercambio de opiniones para comprobar su solidez. Cuando discutes, ¿atiendes a lo que dice tu interlocutor o estás pensando en lo que le vas a responder como réplica? Eso puede ser estratégico para vencer, pero no es escucha activa para aprender. El coaching asume una de las presuposiciones de la programación neurolingüística: el mapa no es el territorio, y cualquier observador distinto a ti te va a aportar matices de la realidad que te pasan desapercibidos sencillamente porque perteneces a una especie cuyos sentidos son limitados. En el momento de discutir acaso sea conveniente que te plantees qué buscas realmente, si imponer tu criterio o comprender un pedazo más amplio de la realidad. De todas formas, te doy cuatro claves para ganarlas:

1. Aporta todos los datos objetivos que puedas. Es difícil tener la razón si no te es posible demostrar tus argumentos.

2. Minimiza la obviedad. No te muevas presuponiendo lo que el otro sabe. Explica tu postura contextualizando los hechos.

3. Procura encontrar un lugar de encuentro ideológico común. Esto es más fácil si reconoces los valores que persigue tu contrincante en la discusión y los alineas a los tuyos propios.

4. Ganar la discusión a veces significa la humillación del otro, que queda confundido y frustrado. No seas un vencedor cruel y muestra algo bueno de su visión, un aprendizaje conjunto.

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