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El Tenerife cae en el Heliodoro ante el Mallorca de Oltra

   

MARTÍN-TRAVIESO | Santa Cruz de Tenerife

La mala fortuna fue el argumento más utilizado por los jugadores del CD Tenerife para argumentar la sexta derrota que encajan esta temporada. Estrellar dos balones al palo puede ser cuestión de no tener suerte o de falta de calidad, pero cuando se pierde por una expulsión justa, la de Javi Moyano, y por un gol del rival que viene precedido por dos errores consecutivos, del lateral y del portero en este caso, son razones de un peso incuestionable. Es verdad que el RCD Mallorca solo tiró una vez entre los tres palos y que los blanquizules disfrutaron de suficientes ocasiones para, por lo menos, llevarse un punto, pero el fútbol se decide en ambas áreas y, como reconoció Álvaro Cervera, ahí fue mejor el rival. No hay más.

El cuadro balear, con José Luis Oltra, Alejandro Alfaro y José Luis Martí recibiendo mil elogios de parte de una hinchada agradecida y que no olvida a los que un día triunfaron en la Isla, fue un equipo gris que pasó por el Heliodoro con más pena que gloria. Pero le bastó con la ley del mínimo esfuerzo para adjudicarse tres puntos que asfixian más al equipo tinerfeño, condenado en el penúltimo puesto de la tabla con solo cinco puntos tras nueve encuentros jugados.

Fueron novedad en la formación inicial Raúl Llorente y Suso, en detrimento de Salva y Cristo. Justamente del primero fue la primera acción de peligro de los locales.

Corría el minuto 19 del encuentro cuando Ayoze, el mejor otra vez ayer, habilita a Aridane, quien no ejecutó un buen remate, pero el balón le llegó rechazado a Raúl Llorente, quien disparó con la izquierda y su golpeo se estrelló el poste derecho de la meta defendida por Miño. Parecía un buen augurio.

Animó esta jugada a los futbolistas tinerfeñistas, que en el minuto 25 llegaron a cantar gol, pero Aridane en posición antirreglamentaria. Saque de esquina que saca Ricardo y cabecea Carlos Ruiz. Miño se lució con una parada antológica, pero el balón suelto lo aprovechó el punta grancanario para marcar. El colegiado lo anuló, al encontrarse el ariete en fuera de juego.

La siguiente acción digna de destacar volvió a producirse en la meta mallorquina. Ricardo León arranca desde el centro del campo y lo intentó con un fuerte lanzamiento desde fuera del área que repelió Miño (minuto 36). A esas alturas, el dominio correspondía a los locales y de la pelicula casi no se enteraban los bermellones.

Tras la acción del canterano, el partido bajó muchos enteros, especialmente en el apartado físico. Se llegó al descanso sin producirse más novedades.

Un gol y una expulsión

Si hay algo que caracteriza al Tenerife en las segundas partes, es que siempre encaja algún tanto. Ayer no podía ser menos. Raúl Llorente y Sergio Aragoneses se pusieron de acuerdo para fallar, circunstancia que aprovecha Gerard Moreno. El delantero se limitó a empujar sobre la línea el balón rechazado que dejó el meta gallego, marcando así el único gol del partido. El Mallorca recibía un premio que no merecía por su juego.

El Tenerife se quedó muy tocado, pero no estaba noqueado. Eso sí, hubo que esperar hasta el minuto setenta para que Miño tuviese que lucirse de nuevo. Esta vez actuó con otra gran parada ante un duro disparo de Ayoze, tras recibir de cabeza de Aridane. Mano a mano que desperdició el punta canterano.

Tres minutos después, se pudo ver otra vez a Ayoze en acción. Se equivocó Bigas a la hora de despejar y estuvo atento el punta chicharrero para disparar muy escorado, pero el balón se fue a la cepa del poste balear, tras burlar la desesperada salida de Miño. Luego Nunes despejó a la desesperada. El posterior cabezazo de Aridane se marchó fuera por poco. Nadie se lo creía.

Se aproximaba el final de la contienda y al Tenerife le entraron las prisas y los nervios. El ejemplo claro de este hecho fue Javi Moyano, quien perdió los nervios en el minuto 75. Dos duras entradas consecutivas le valieron al lateral derecho para ganarse la segunda amarilla. Esta expulsión fue el final para el Tenerife.

Aún así los blanquiazules continuaron siendo superiores y Ayoze nunca desfalleció. Cervera agotó todas las opciones con los cambios. El último fue tragicómico y verdaderamente revelador de las urgencias que tiene el equipo. Loro entró al campo sin calentar para intentar buscar el milagro en una acción a balón parado. Ni así. El Tenerife perdió en otra tarde aciaga.