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El cementerio que se niega a morir

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VICENTE PÉREZ | Santa Cruz de Tenerife
Fotos: DA

El recuerdo de los seres queridos que se fueron volvió ayer, Día de Todos los Santos, y lo hará hoy, Día de Difuntos, a reunir en los cementerios a miles de personas con una flor y un sentimiento.

Uno de los actos más emotivos aconteció en el camposanto histórico de San Rafael y San Roque (que data de principios del siglo SXIX), en pleno centro de la capital tinerfeña, donde se ofició un responso de tres religiones a la vez: católica, anglicana y sefardí, en homenaje a los difuntos de las tres confesiones que tienen su sepultura en este lugar.

Una celebración, a la que este año se sumaron cientos de personas a lo largo de toda la mañana, en la que se volvió a denunciar los incumplimientos del Ayuntamiento para iniciar la restauración de este monumento, ya que este año contaba con una partida de 170.000 euros que fue desviada para otro fin. Escucharon la petición ciudadana el concejal de Urbanismo y primer teniente de alcalde capitalino, José Angel Martín (PSOE); el edil del PP José Carlos Acha, entre otros representantes municipales, así como el exconcejal de Patrimonio Histórico Alfonso Soriano, quien hace unos años defendió, sin éxito, impulsar este proyecto.

La presidenta de la Asociación del Parque Funerario de San Rafael y San Roque, Teresa Laborda, recordó que aún en la década de los ochenta el Ayuntamiento pretendía hacer en esta parcela un aparcamiento de mil plazas, lo que, por suerte, no ocurrió, tras su declaración posterior como Bien de Interés Cultural (BIC). Pero Laborda advirtió de que este colectivo está dispuesto a acudir a «instancias superiores» si las Administraciones públicas canarias no toman las medidas a que están obligados por ley para salvar este recinto histórico, que volverá a abrir sus puerts durante la mañana de hoy.

Tras las palabras de Laborda, junto a su marido Isauro Abreu, uno de los artífices de rescatar del olvido este BIC, se tributó una ofrenda ofrenda floral a las tumbas judías, de la familia Barchilón. El acto terminó con un recital poético musical a cargo del cuarteto de cuerda integrado por Marcos Depetris, Celia Montelongo, Mario Engler y Silvia Díaz; la soprano Isabel Bonilla, y los poetas José Javier Hernández, Jaime Rodríguez y Manuel Acosta.

También asistió el historiador que ha publicado un libro sobre este camposanto, Daniel García, y con otro en preparación, donde demuestra que allí reposan los restos de 35.800 personas. Igualmente acudió el arquitecto José Antonio Pinto, arquitecto que hace más de una década ganó el concurso de ideas convocado por el Cabildo, y que se mostró dispuesto a retocar su proyecto si el motivo es que no se quiere derribar un muro lateral para convertir el lugar en un parque abierto.

Una vecina de Santa Cruz, Natalia Sureda, cumplió con su promesa un año más en este camposanto: depositar una flor en cada tumba. Un gesto de ternura tras tanto maltrato a los antepasados de la actual Santa Cruz.