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Pastores evangélicos asistirán en la prisión y en los hospitales de la Isla

Un grupo de voluntarios colaborarán con los capellanes evangélicos asistiendo a los pacientes. | DA
Un grupo de voluntarios colaborarán con los capellanes evangélicos asistiendo a los pacientes. | DA

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

La Constitución de 1869, considerada la primera constitución democrática de la historia, proclamó la libertad de cultos en España, lo que animó a muchos misioneros protestantes a venir a nuestro país. Algunos de ellos, americanos en su mayoría, se instalaron en el Archipiélago y fundaron en los años 30 las primeras iglesias evangélicas, en islas como La Gomera y Tenerife.

Casi un siglo después de aquel desembarco, la comunidad evangélica se ha multiplicado de manera considerable, hasta el punto de que ahora hay más de 15.000 seguidores de esta doctrina repartidos por toda la geografía insular. De ellos, según el último informe elaborado por el Instituto de Evangelismo a Fondo de España (EVAF), en 2012 había en las Islas unos 7.400 evangélicos bautizados (sin contar en esta cifra a los miembros de la iglesia de Filadelfia, de etnia gitana), que se distribuyen en 176 iglesias, la mayor parte de ellas radicadas en Tenerife y Gran Canaria.

Este constante crecimiento de la comunidad evangélica ha generado una serie de demandas en los feligreses, como es el caso de la asistencia en hospitales públicos y centros penitenciarios. Dicha asistencia, que desde hace un año se viene realizando ya en Fuerteventura, se ofrecerá también en la prisión y en los hospitales de la Candelaria y el HUC en los próximos meses, según confirmó a este periódico Miguel Bernal, secretario del Consejo Evangélico de Canarias y coordinador Autonómico de la Capellanía Evangélica. “Es una labor que comienza de manera regular, aunque ya la veníamos haciendo a nivel particular y respondiendo al derecho que tienen los feligreses de nuestra comunidad”, manifestó Bernal, quien apuntó que ahora la asistencia se hará a otro nivel, “para cualquier persona que tenga inquietudes, que quiera saber más o demande nuestros servicios”. “Estaremos físicamente como personal del hospital, pero a diferencia de los capellanes católicos, lo haremos sin cobrar y con la ayuda de un grupo de voluntarios”, subrayó.

Tanto el HUC como la Candelaria confirmaron los contactos con el Consejo Evangélico de Canarias, y señalaron que solo falta concretar los términos del acuerdo, que incluiría un espacio propio para el culto en ambos centros hospitalarios. “Algunos de los que van a ejercer como pastores ya tienen sus congregaciones y ocupaciones, por lo que tendrán un equipo de asistentes que se podrá ampliar en función de las necesidades”, denotó Miguel Bernal, quien destacó que la comunidad evangélica de Canarias cuenta no solo con los más de 7.000 miembros comprometidos y bautizados, “también hay muchos simpatizantes y personas que están empezando a interesarse” por la doctrina fundada por Lutero.

El Consejo Evangélico de Canarias se constituyó al amparo de la Ley Orgánica de Libertad Religiosa del 5 de julio de 1980, y realiza una labor de representación que se traduce en servicio al trabajo de las iglesias evangélicas del Archipiélago, en su conjunto y de manera individual, desde aspectos puramente espirituales hasta el desarrollo y promoción de la cultura, la identidad pública y la obra social protestante.

En Tenerife hay actualmente 11 municipios que cuentan con presencia evangélica, la mayor parte de ellos en la zona metropolitana y el Sur; en La Palma existen cuatro, mientras que en La Gomera y El Hierro solo una localidad cuenta con iglesias de esta confesión, aunque en ambas islas los seguidores han aumentado de manera notable el último lustro.

En España, los lugares de culto evangélicos suponen el 11,89% del total de centros religiosos del país, siendo Madrid, Barcelona, Valencia y Zaragoza las ciudades con más población de esta confesión en estos momentos. Los grupos cristianos evangélicos se caracterizan por otorgar la preeminencia máxima a los evangelios y en general a las escrituras bíblicas en la forma de entender el cristianismo.