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Canarios de ida y vuelta

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Si se cuantifican las llegadas a Canarias desde 2007, año en que empezaron las dificultades económicas, las altas de residencia de retornados ascienden a 17.508. / JAVIER GANIVET

SARAY ENCINOSO | Santa Cruz de Tenerife

Gente que va y gente que viene. El Archipiélago, situado en la ruta atlántica y desde hace décadas impulsado por el turismo, siempre ha sido un territorio de emigrantes, pero también al que han llegado personas de todo el mundo buscando una oportunidad. Antes las Islas eran más receptoras que emisoras. Sin embargo, desde que empezó la crisis esta tendencia ha cambiado. Muchos canarios se han ido, pero también una cifra considerable ha regresado a casa. El rastro de sus viajes se refleja en las estadísticas. Conocer sus motivos es más complicado, pero los expertos están convencidos de que una de las principales razones para emigrar siempre es la situación económica, sea para irse o para volver. Durante 2012 hubo 27.899 altas en las Islas de personas procedentes de otras comunidades autónomas y 24.058 bajas o emigraciones hacia otras regiones. Uno de los datos más significativos es que el 18% de los que fijaron su residencia en el Archipiélago había nacido en Canarias. Se trata del dato más alto desde que comenzaron los registros en 1988.

Este porcentaje implica que 5.912 canarios se dieron de alta procedentes de otras regiones españolas. Si se cuantifican las llegadas desde 2007, año en que empezaron las dificultades económicas, las altas ascienden a 17.508. Sin embargo, más allá de esa cifra aislada, lo importante es que se confirma una tendencia que venía fraguándose desde hace años. Cuando empezó la crisis, el saldo migratorio con otras comunidades se invirtió. Hasta 2007 venían más personas a vivir en las Islas de las que salían y eso cambió radicalmente con los problemas financieros. En 2012, por primera vez desde entonces, volvió a ser positivo: aterrizó más gente en el Archipiélago de la que se fue. En concreto, se detectaron 16.693 inmigraciones más que emigraciones, unas cifras importantes aunque estén muy lejos del alto saldo del año 2007, que estuvo sobre los 35.000. ¿Qué significan esas cifras? ¿Por qué no ocurre lo mismo en el resto de España, donde el saldo es negativo?

El profesor Dirk Godenau, experto en Economía Social de la Universidad de La Laguna, consciente de la complejidad de los datos, prefiere centrarse en las tendencias que se detectan y atisba una razón: la frustración de expectativas. “Sería interesante saber cuántos de esos canarios vuelven a casa de sus padres, pero no lo sabemos. Si conociéramos mejor eso sabríamos si se está dando un efecto de desemancipación”.

“Por la edad podemos deducir que no se trata de una inmigración muy envejecida. Son jóvenes, muchos chicos que van a estudiar y no se quedan. Pero seguramente también hay bastantes que regresan porque ven frustradas sus expectativas laborales. Imagino que tiene que ver con la crisis”, apostilla. Fuera de ese porcentaje están, además, los hijos de canarios que emigraron a países como Venezuela o Cuba y que ahora deciden hacer el camino inverso al que emprendieron sus padres. Las razones para acabar en una isla o en otra son múltiples -desde el emparejamiento hasta el empleo pasando por la preferencia por las ciudades más grandes, pero lo que muestran los porcentajes es que los municipios con los saldos migratorios más altos coinciden con los que se sitúan en el área metropolitana y con los que están en zonas turísticas: destacan Las Palmas de Gran Canaria, Santa Cruz de Tenerife, Telde, Arona, Yaiza, Adeje, La Laguna.

La economía, pues, se sitúa como la principal causa de los viajes de ida y vuelta que los canarios siempre acabamos emprendiendo.

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El Archipiélago se adelanta

El saldo migratorio es positivo antes en Canarias que en el conjunto del Estado español, pero Godenau no considera que se pueda atribuir a una reactivación económica. Es decir, no está de acuerdo con la idea de que las Islas estén saliendo antes de la crisis y eso esté actuando como foco de atracción para ciudadanos de fuera. “No observamos el mismo comportamiento con el saldo migratorio extranjero”, apunta.

El geógrafo José León Martínez, también docente en la ULL, comparte la cautela propia de los académicos a la hora de sacar conclusiones rápidas y erróneas de estos porcentajes, pero hay una diferencia con Godenau: considera que el cambio de tendencia en el saldo migratorio puede ser un anticipo de lo que vendrá y que tiene su origen en el turismo, que parece estar sorteando mejor la crisis y ha empezado a generar empleo. “Puede explicar el número de personas que se quedan y que se compense el saldo con los que salen”, sugiere.

Las comunidades autónomas que más ciudadanos aportan al Archipiélago son Cataluña, Andalucía y Madrid. Los dos expertos consideran que es normal. “Son las comunidades más grandes, es comprensible que siempre hayan aportado más volumen de inmigrantes”, argumenta Godenau. Además, la historia también da otra explicación”, sostiene.

“Antes se producían migraciones profesionales, ciudadanos que optaban a empleos públicos en las Islas porque les ofrecían el plus de residencialidad. La cualificación media en las Islas entonces era baja”. Ahora, esa emigración no tiene razón de ser.
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