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La Central Hidroeólica de El Hierro ‘Garoé XXI’. Cronología de un hito histórico y orgullo herreño – Por Tomás Padrón

   

Tras diferentes estudios y proyectos sobre el uso de las renovables en Canarias, como la utilización de aerogeneradores en plantas desaladoras o la mejor ubicación de parques eólicos, se constituye en la empresa Unelco, en noviembre de 1981, el departamento de Nuevas Energías e Investigación, bajo la dirección del ingeniero industrial Ricardo Melchior.

Constituido este departamento, en 1983 se recopilan y analizan datos sobre el viento en El Hierro, así como una amplia encuesta sobre lugares e intensidades, iniciándose estos trabajos en zona próxima al Mirador de Bascos, en la Dehesa Comunal, con el apoyo y colaboración del personal de Unelco en la Isla.

Además de La Dehesa, se analiza la información de otros puntos de la Isla -entre ellos la zona de Los Picos- apreciándose en este lugar un adecuado potencial de intensidad y constancia de viento ideal para la instalación de parques eólicos. El Hierro es la isla de mayor costo de producción de electricidad de todo el Archipiélago, lo que determina la búsqueda de soluciones alternativas al petróleo como fuente energética.

Las reducidas dimensiones del sistema eléctrico insular permitían únicamente el uso convencional de un parque eólico, cuya potencia solo cubriría una pequeña parte de la demanda energética. Se analiza también en los trabajos preliminares que El Hierro es la isla con mayor coeficiente de altimetría del Archipiélago, en relación con su superficie. Con los resultados de todos los parámetros obtenidos en la fase de estudio y análisis, se plantea el anteproyecto de un parque eólico que suministre la totalidad de la energía, apoyado por una central hidráulica que garantice el equilibrio dinámico para penetrar en la red, resultando fundamental el bombeo con el fin de mantener la estabilidad del sistema.

Comienzan en 1984 los trabajos del anteproyecto eólico-hidráulico de El Hierro, apoyados por Unelco -todavía empresa pública- y también por el Ministerio de Industria a través de su organismo dependiente denominado OCIDE, con las limitaciones tecnológicas y económicas de entonces. En 1987, Unelco paraliza la realización del anteproyecto por razones técnicas y económicas, pero ya se había logrado sentar las bases de un proyecto cuyo objetivo y fundamento básico era producir energía eléctrica a través del viento, con un componente regulador y estable del sistema al agregarle la producción de energía por un salto de agua. Combinando viento y agua, que garantizará la estabilidad necesaria en la energía producida.

Ese es hoy, nuestro “gran secreto”, de alta innovación tecnológica.

Un difícil comienzo

En 1996, se mantiene una reunión con el consejero de Industria del Gobierno de Canarias, Francisco de La Barreda, al que se informa de la existencia de este anteproyecto por parte de Ricardo Melchior, Tomas Padrón y Manuel Cendagorta. Se muestra muy receptivo y es el primer miembro de la administración pública canaria que entiende el valor y la importancia del mismo, no entendido por otros responsables públicos con anterioridad. La Consejería asume continuar con los trabajos de elaboración de estudios técnicos del proyecto a través del Instituto Tecnológico de Canarias (ITC), apoyados por Unelco, sobre todo en los análisis de estabilidad en la red. Los objetivos técnicos y trabajos preliminares estaban claramente definidos y diseñados desde el principio por el departamento técnico establecido por Unelco, y para ello contaron también con la colaboración de otros excelentes departamentos técnicos de GESA, ENHER y ENDESA, así como de la E.T.S. de Ingenieros Industriales de Madrid y de Telecomunicaciones de Barcelona.

El Cabildo de El Hierro, entendiendo desde el primer momento la gran importancia que la ejecución de esta obra podría representar para la Isla, asumió mantener viva la llama del proyecto ante los organismos públicos, buscando financiación para concluir los estudios primero, y para financiar la ejecución de las obras después. Lo incluye en su Plan de Desarrollo Sostenible (1997) como su “proyecto estrella” y lo incorpora al Plan Insular de Ordenación del Territorio (PIOH). Comienza entonces, lo que sería un largo vía crucis político-administrativo ante responsables públicos e instituciones para que comprendieran la importancia de la propuesta no sólo para El Hierro sino también para Canarias y el Mundo, en la apuesta por buscar energías alternativas al petróleo. La naturaleza ha dotado a Canarias de materias primas fundamentales en el desarrollo de las energías alternativas. El sol, el mar que nos rodea y los millones de metros cúbicos de “oro invisible” en forma de viento, que de manera permanente regula el clima de nuestras Islas, y con el que convivimos a diario, sin percatarnos de su potencial alcance, son elementos casi inexplorados que nos animan a continuar por la senda sostenible, frente al empleo de combustibles fósiles que ya poseen fecha de caducidad.

Central Hidroeólica de El Hierro

Central Hidroeólica de El Hierro. | DA

Cita en Bruselas

La Institución insular, por lo tanto, no decae en su empeño de encontrar caminos que le lleven a las administraciones públicas con poder de decisión, y para ello se le encarga al secretario de Presidencia, Antonio Gutiérrez -y lo consigue-, una entrevista en Bruselas con Loyola de Palacios, Comisaria Europea de la Energía. El 29 de noviembre de 2001, la comisaria recibe en la capital europea al presidente del Gobierno de Canarias, Adán Martín; al presidente del Cabildo de El Hierro, Tomás Padrón; al consejero-delegado de Unelco, José María Plans, y al técnico del ITC, Gonzalo Piernavieja, entre otros miembros de la expedición encargados de explicarle las características técnicas del proyecto. La tenacidad, constancia y fe herreña en el proyecto dieron su fruto, y logra un avance importante con el apoyo de Loyola De Palacios en Bruselas, quien considera el proyecto, “de alta innovación tecnológica, y ejemplarizante, en la búsqueda de energías alternativas”. Fue determinante este encuentro, abriéndose puertas administrativas hasta el momento cerradas. Para complementar y ratificar su apoyo, la Comisaria visita El Hierro el 9 de enero de 2004.

La “euforia” que genera el apoyo de la Comisaria, con aportación económica de la Unión Europea, para seguir profundizando en el proyecto hidroeólico, nos lleva a la constitución de una sociedad compuesta por el Cabildo de El Hierro con el 60%, Unelco-Endesa con el 30% y el Gobierno de Canarias, a través de su empresa pública ITC, con el 10%. El 4 de diciembre de 2004 queda constituida la sociedad Gorona del Viento, S.A., presidida por el presidente del Cabildo, nombrándose consejero-delegado al técnico herreño Juan Manuel Quintero. La denominación de “Gorona” para bautizar la nueva sociedad tiene su origen en un elemento del patrimonio herreño que tiene que ver con el viento -el elemento esencial del proyecto-, y el pastoreo -, la actividad humana más arraigada de los herreños-. Las “goronas” son pequeños círculos de piedra seca con una pequeña abertura en la parte opuesta a los vientos dominantes, construidas en el campo como lugar de refugio de nuestros pastores y de vigilancia de los rebaños. El anagrama de la sociedad, es la conjunción de un semicírculo de piedra de estas construcciones que se transforma en la “G” de Gorona, con las aspas de un aerogenerador en el centro.

El recorrido político-administrativo para lograr los apoyos necesarios tiene otro momento relevante en Madrid con la recepción de la ministra de Medio Ambiente, Cristina Narbona, el 24 de enero de 2005. La delegación que le explican las bondades del proyecto está conformada por representación del Cabildo, Gobierno de Canarias y Unelco-Endesa. La ministra manifiesta su apoyo al proyecto “El Hierro 100% renovable”, indicando que tenía encaje en el estímulo al uso de las energías limpias que el Gobierno del Estado pretende impulsar. Un valor importante del proyecto para la ministra es la posibilidad de utilizar este sistema en las costas del levante español para la desalación de agua. Tenía entonces sobre la mesa la polémica nacional sobre el transvase Tajo-Segura.

En ese mismo 2005, el 13 de agosto, visita la Isla el entonces presidente del Gobierno de España, José Luís Rodríguez Zapatero. En la recepción que se le ofrece en el salón de plenos del Cabildo, una de las peticiones que se le hacen es solicitar apoyo económico del Gobierno para convertir en realidad el proyecto El Hierro 100% energía renovable. Zapatero, respondió manifestando: “Quiero decir y afirmar mi apoyo pleno al proyecto 100% energías renovables. Creo que, en efecto, la isla de El Hierro tiene liderazgo y una visión de futuro. Un liderazgo sobre la necesidad imperiosa en torno a que sólo habrá desarrollo si ese desarrollo es sostenibe… Por tanto, daré instrucciones al Ministerio de Medio Ambiente, para que ese proyecto cuente con el apoyo pleno y total del Gobierno de la nación…”.

La promesa de Zapatero

En octubre de ese año se debaten los presupuestos generales del Estado para 2006. Coalición Canaria, a través del diputado Paulino Rivero, presenta una enmienda para que el Gobierno dote una partida por importe de 5 millones de euros en una primera fase, para financiar las obras de la central, basando su exposición de motivos en la promesa formal hecha por el presidente Zapatero en su visita a El Hierro. La enmienda es rechazada en comisión presupuestaria. El presidente del Gobierno comparece esa misma tarde en el Congreso, y Paulino Rivero le insta en los pasillos para que se interese por el rechazo de su grupo al compromiso herreño. Zapatero da instrucciones, y el voto negativo de la comisión es reconsiderado, aprobándose en los Presupuestos Generales del Estado de 2006, la primera partida económica del Estado para financiar las obras de este importante proyecto energético.

El 26 de noviembre de 2006 los Reyes de España visitan El Hierro y se les informa en el Mirador de La Peña del proyecto hidroeólico. La marcha de las gestiones se acelera, y el 20 de marzo de 2007 se llega después del largo y duro camino a la “raya de la luz”. Se firma en Madrid por el presidente de Gorona y del Cabildo herreño Tomas Padrón, y el director general del IDAE Enrique Jiménez Larrea, un convenio de colaboración por 35 millones de euros para financiar de forma clara y rotunda las obras de este ambicioso proyecto; al acto asiste una amplia representación de la Isla, junto al senador por El Hierro Felix Ayala y el diputado José Segura. La cifra del presupuesto inicial era de 54.299.538 millones de euros.

Convenio con el Gobierno canario

El 12 de julio de 2007 se firma también con el Gobierno de Canarias, con la Consejería de Industria, otro importante convenio por 12.250.000 millones de euros con el mismo fin, aparte de otro por 2.075.270 millones para la compra de terrenos donde se montarán las instalaciones. Tienen mucho que ver en esta operación Adán Martín, presidente del Gobierno; Marisa Tejedor, consejera de Industria, y especialmente para nosotros un hijo de nuestra Isla, Juan Pedro Sánchez.

El 21 de Julio de 2009, el Ayuntamiento de Valverde concede licencia Urbanística a Gorona para las obras de la central. Con la financiación garantizada y la licencia concedida, Gorona del Viento tramita las contrataciones de obra y se inician los primeros movimientos de tierra en La Caldera, zona cercana a Valverde el 25 de agosto de 2009, y el 2 de octubre de 2009 llegan las primeras tuberías de conducción hidráulica. La utopía de 1981, comienza a ser realidad 28 años más tarde.

El 10 de febrero de 2011 se aprueba en Consejo un informe de la CNE, Comisión Nacional de la Energía, sobre la retribución económica a Gorona para la producción de energía eléctrica. Entre otros datos, se indica: “Que la compensación para producir energía en El Hierro ahorrará 81,45 millones de euros en 20 años con la producción hidroeólica”; 4,07 millones de euros al año.

Las obras de la Central de El Hierro han concluido y son una realidad palpable a la vista de los herreños y visitantes de todos los lugares del mundo. La “endiablada” fórmula polinómica aprobada recientemente por el ministro Soria, que define la retribución económica para su funcionamiento, se ha publicado en el B.O.E. Cinco grandes “Garoes-21” de 64 metros de altura y palas giratorias de 35 metros esperan la orden para convertir 3.500 horas de viento al año, como media, en agua y luz fabricada en El Hierro, sin la imperiosa necesidad de que llegue el petrolero a La Estaca. En Los Picos, zona próxima a Valverde, “los molinos” están ansiosos de iniciar, como dice mi amigo Teguayco, el “baile del viento”, acompañado de su pareja más constante, “los alisios”. Resistiendo y perseverando como una sabina contra el viento, la sociedad herreña y sus instituciones han logrado hacer suyo este importante “faro innovador”, como luz para un mejor futuro de la Isla y como reflejo que llega más allá de nuestras fronteras.

Laboratorio natural y mundial

El Hierro, será, un laboratorio a escala natural, sobre las posibilidades reales de apostar por las energías limpias. Pero, no solamente será una experiencia de I+D. El proyecto que se lleva a cabo, es pionero, con un riguroso aval de criterios técnicos que garantizan su funcionamiento y es ejemplarizante a nivel mundial. Esta instalación aportará a El Hierro, aparte de los beneficios medioambientales, el autoabastecimiento energético sin dependencia exclusiva de combustibles del exterior (100% con condiciones climáticas favorables y 70-80% como media anual) y nos permitirá desalar agua de mar a costo más bajo para consumo humano y agricultura, aparte de producir energía eléctrica.
Además, los beneficios económicos directos por la venta de la energía producida a Endesa, empresa distribuidora, repercutirán en ingresos al Cabildo para mejoras de servicios e infraestructuras (se estima, en unos 3 a 4 millones de euros al año inicialmente). Sin olvidar que se podrá instalar un centro de visitantes para atraer turismo en general, en especial el tecnológico, así como un centro de estudios científico o eventos de congresos.

El Hierro podría disponer de un Ciclo Superior de Formación Profesional sobre energías alternativas a través de la Consejería de Educación. Sería el único ciclo especializado en toda Canarias. Para ello se cuenta con un Centro de Formación Profesional en Valverde, una residencia de estudiantes y las instalaciones de Gorona para prácticas de los alumnos.

Por otro lado, la empresa Gorona del Viento se puede estructurar para exportar tecnología y ejecutar proyectos similares en otros lugares de Canarias y el Mundo. Y, sobre todo, El Hierro, será dueño en un porcentaje muy alto de la energía y el agua, dos elementos fundamentales para su desarrollo socioeconómico.

Los proyectos son ideas que se materializan y para ello es fundamental, tanto para desarrollar las ideas, como para ejecutarlas después, la aportación del hombre. El equipo de personas que conforman Gorona lo constituyen profesionales de gran cualificación técnica y humana. Juan, Sergio, Rosi, Yésica, Cristina, Samuel, Juan Gil y Félix han creado un compacto equipo de trabajo coordinados por Juan Manuel Quintero, consejero-delegado de la empresa, quien tiene que bregar con empresas instaladoras y consultoras técnicas y jurídicas para llevar adelante este proyecto de gran envergadura a nivel internacional. Este caudal humano, complementado con otros equipos a incorporar, está llamado a mayores metas a través de Gorona. Terminadas las infraestructuras, la explotación de la central productora de la energía y la exportación de tecnología al exterior son dos grandes retos que generarán importantes beneficios para nuestra Isla y para Canarias.

La herencia del Garoé

El Hierro y sus habitantes han mantenido históricamente una lucha secular para superar las duras secuelas de la sequía. Esta lucha ha marcado de forma determinante la historia y la idiosincrasia de este pueblo. Hasta hace 400 años, estas sequías se amortiguaban con el árbol Garoé, cuyas hojas destilaban el agua que se originaba al chocar con ellas las nubes empujadas por el viento. Esta agua, almacenada en pequeñas albercas de tierra eran claves para la subsistencia de sus pobladores: los bimbaches. Hoy, cuatro siglos después, el viento, empujado por las nubes, moverán unas palas que girarán para producir energía eléctrica y con ella desalar agua.

Estamos ante el nuevo y tecnológico “Garoé del siglo XXI”. El árbol Garoé fue derribado en 1610 (siglo XVII) por un huracán. No permitamos que extraños intereses humanos derriben este “Garoé renovable”, orgullo de los herreños.

Tomás Padrón es EXPRESIDENTE DEL CABILDO DE EL HIERRO