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El CD Tenerife se dejó el fútbol en casa

   

El Tenerife no pudo aumentar su racha de semanas sin perder. / Valerio Merino

El Tenerife no pudo aumentar su racha de semanas sin perder. / Valerio Merino

JOSÉ ANTONIO FELIPE (enviado especial) | Córdoba

Ocho jornadas después llegó la derrota. Un mal CD Tenerife sucumbió ayer en el Nuevo Arcángel de Córdoba ante, posiblemente, uno de los peores rivales con los que ha tenido que enfrentarse. Los blanquiverdes estaban atenazados por la posibilidad de que su presidente, Carlos González, tinerfeño que dice sentirse madrileño, pudiera destituir a Pablo Villa, un entrenador humilde y trabajador, utilizando para ello al viejo conocido tinerfeñista Pedro Cordero.

El Tenerife sorprendió por la escasa ambición mostrada tras el saque inicial. No parecía que midiera fuerzas con un rival tan necesitado y con tantas dudas, sino que casi ayudó al Córdoba a encontrarse cómodo con el paso de los minutos.

Además, los cambios introducidos por Álvaro Cervera en esta ocasión no surtieron efecto y, ni Chechu, Aday y Ricardo aportaron nada nuevo al juego de un equipo que no se pareció en absolutamente nada al conjunto que se impuso a la UD Las Palmas en el Helidoro hace 11 días.

Álvaro Cervera optó por poner en liza desde inicio un trivote formado por Rivero, Sanz y Ros con el fin de hacerse con el centro del campo. Pero el Córdoba en los primeros 45 minutos supo eludir a esos tres jugadores tratando de jugar por las bandas y lanzar contras. Aitor Sanz, que hacía las veces de enganche, se mostró peor que en otros encuentros, quizás fuera de lugar, mientras que Kike Rivero ocupaba una posición más retrasada sin poder mostar sus virtudes.

Con esos ingredientes, el encuentro se convirtió en su primera mitad en algo tedioso, con pocas ocasiones de gol, sin los blanquiazules tirando a portería y con los de Villa tratando de mostrar sus argumentos, quizás demasiado atenazados por la presión que genera una mala racha de resultados.

Dávila probó fortuna en dos ocasiones, ambas acabaron suavemente en las manos de Roberto, que también despejó a córner un lanzamiento de Pedro, muy escorado, que resultaría la mejor ocasión del encuentro en los primeros 45 minutos.

Poco ritmo y poco fútbol que Cervera trató de revertir con la entrada en la segunda mitad de Aday, que sustituyó a Aitor.

Los de Álvaro Cervera parecieron reaccionar algo, teniendo mayor posesión del esférico y llegando a la portería de Sáizar. Las más que evidentes carencias de Raúl Bravo como central salieron a relucir gracias al mejor juego combinativo de un rival que tendría la mejor ocasión del partido hasta el momento en el minuto 58. Una buena contra chicharrera llevó el esférico de las botas de Aridane a las de Ayoze que, estando solo ante la portería rival, disparó al cuerpo del guardameta cordobesista que acabó por ganarle la partida al canterano. Era la primera vez que los de Cervera disparaban entre los tres palos y, aunque la ocasión no acabara en gol, sí espoleó a los insulares.

Aday y Suso trataban de desbordar por las bandas, haciendo que el Córdoba se sintiera bastante más incómodo que en los primeros 45 minutos. Aun así, cuando ya se llegaba al minuto 65 de partido todo hacía presagiar, viendo el acierto de unos y otros, que todo se encaminaba a un empate sin goles en un Nuevo Arcángel en el que comenzaban a escucharse los primeros pitos y cánticos contra de su presidente.

Rácana sentencia

Una de las opciones de que el duelo entre cordobeses y tinerfeños no acabara en empate a nada era que llegara un error por una de las dos partes. Y el mismo llegó. Corría el minuto 66 de encuentro cuando un centro desde la izquierda propició un error de Carlos Ruiz que dejó el balón perfecto para que Abel Gómez disparara desde fuera de área ajustado al poste derecho de la portería defendida por un Roberto que no pudo hacer nada.

El Tenerife pagaba su poco ritmo de juego, que Cervera trataría de solucionar dando entrada a Chechu Flores al terreno de juego.
El CD Tenerife tenía ahora que ser protagonista, tener la posesión de balón, lo que provocaría dejar unos huecos en defensa que era justo lo que más beneficiaba al Córdoba.
En el minuto 73 Ayoze ponía un buen centro que remataría Aridane suavemente a las manos de Sáizar, para que un minuto más tarde una gran contra blanquiverde acabara en los pies de Dávila, que remató cruzado directamente fuera.

El encuentro empezaba a pintar más con un posible segundo tanto del Córdoba que con un empate visitante, lo que quedó comprobado cuando López Silva, en el 84, se plantó solo delante de Roberto después de superar con suma facilidad a tres defensores rivales.

Así acabó el encuentro entre un Córdoba malo, atenazado por sus malos resultados y por la posible destitución de su técnico, y el Tenerife más gris de las últimas jornadas. Un equipo que sobre el césped del Nuevo Arcángel no mostró casi ambición y se vio superado por un rival con muy pocos argumentos.