Hola. Soy un feto. Cuando digo feto no me refiero a un vocalista de una orquesta gomera o a un tertuliano televisivo de medianÃas, sino a un feto-feto. Si quieren pueden llamarme embrión. Quiero tomar la palabra en nombre de todos los embriones humanos de España para felicitar al ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, por la nueva ley del aborto.
Supongo que creerán ustedes que mi agradecimiento está justificado porque, gracias al señor Ruiz-Gallardón, el número de nacimientos se disparará en este paÃs en los próximos años. Lamento desilusionarlos. Lo que ocurrirá, criaturas, es que se regresará a la práctica de los abortos clandestinos. Los que tengan pasta suficiente volverán a abortar en el extranjero. No, yo, como feto, soy un patriota (todo feto es un patriota al igual que todo patriota es un feto) y un patriota tiene que ver por encima de sus intereses. Ya sé que en Génova, entre registro y registro policial, muchos dan por seguro que los fetos salvados por el señor Ruiz-Gallardón pedirán inmediatamente el alta en el PP; se rumorea incluso una reforma de la ley electoral que permitirÃa a los fetos votar libre y responsablemente en las próximas elecciones generales, lo que garantizarÃa una nueva mayorÃa absoluta de Mariano Rajoy en las Cortes. No, yo no me detengo en tales minucias. El otro dÃa discutÃa con un compañero, feto de verdad, según el cual Ruiz-Galardón deberÃa haber impuesto su lógica hasta el final e ilegalizar los condones. ¿Y todos los fetos en potencia que son probabilÃsticamente exterminados por el uso de preservativos, qué? Lo dejé hablar a solas con su placenta. Yo pido altura de miras, no quedarnos extasiados por nuestra suerte o quejarnos por nuestras condiciones biológicas.
La nueva ley del aborto es un prodigioso artefacto jurÃdico que conseguirá objetivos transversales con positivas consecuencias históricas. A saber:
1) Estimulará aun más la emigración española hacia paÃses europeos.
2) Promoverá nuevos puestos de trabajo en la economÃa sumergida que algún dÃa, gracias a De Guindos y Montoro, serán reflotados.
3) Provocará un aumento de ventas de agujas de coser y otros objetos punzantes en beneficio de la industria local.
4) Es dudoso que facilite el nacimiento de niños, pero puede ayudar a la muerte de madres.
5) Nutrirá a los guionistas de los programas de escándalos en la televisión y podrá resucitar a los entrañables circos de deformidades fÃsicas y psÃquicas.
No es una ley. Es una revolución.