X
la punta del viento > Agustín M. González

Lorenzo Dorta – Por Agustín M. González

   

El Cabildo ha hecho justicia con un gran tinerfeño. El martes recibió el título de Hijo Ilustre de Tenerife Lorenzo Dorta García, exalcalde de Garachico, exvicepresidente y exconsejero del Cabildo y ex director general del Gobierno de Canarias, entre otras muchas funciones que ha desarrollado este ejemplar servidor público a lo largo de cuarenta años de trayectoria ininterrumpida. Puede presumir de ser el político tinerfeño con más años en activo. En realidad, Lorenzo puede presumir de muchas más cosas, como político y como persona. Ha sabido plasmar su gran calidad humana en todo su quehacer profesional y eso le ha convertido es una persona muy querida.

Ha cultivado como pocos la amistad, la cercanía con la gente. Currante honrado y generoso, todoterreno incansable y gestor eficaz, preocupado siempre, no por figurar, sino por resolver los problemas de los ciudadanos, como demostró, por ejemplo, con la creación del Consorcio Daute-Isla Baja, en el que logró poner de acuerdo a todas las fuerzas políticas y a las diferentes instituciones para trabajar juntos en favor de la comarca más deprimida de la Isla. Su compañero y buen amigo Adán Martín le dedicó estas sinceras palabras en un libro-homenaje: “En Lorenzo se produce ese raro fenómeno, tan escaso y tan valioso en nuestros días y en nuestra sociedad, que consiste en provocar una reacción unánime de simpatía en todo el que le conoce: es difícil encontrar una persona que tenga algo malo que decir de él. Y ese sentimiento lo provocan solo las buenas personas. Y Lorenzo Dorta es, además de un gran político, una gran persona”. El propio Lorenzo confesó en su discurso del martes que no recuerda haberse peleado nunca con nadie en estos cuarenta años de intensa labor política. Yo pienso que para ser un gran político, hay que ser antes una gran persona. A Lorenzo Dorta muy pocos le ganan en humanidad y cordialidad. Basta con ver su ingente legión de amigos. Ha dejado huella allí por donde ha pasado: en Garachico, en Segovia, en Venezuela, en Fuerteventura; en la docencia, en el fútbol, en la política… Y nos da día a día el ejemplo del talante y el trabajo que debe tener un auténtico servidor público.