X
claroscuro>

El otro temporal – Por Saray Encinoso

   

Dicen que con el paso del tiempo -y de una riada, la cola de una tormenta tropical y algún temporal más-, en Canarias hemos aprendido. Ahora, cuando los expertos advierten de que la naturaleza está a punto de darnos un susto, los políticos se apresuran y declaran alertas con mucha más facilidad que hace algunos años. Se han tomado en serio el dicho de que más vale prevenir que curar y no dudan en suspender clases y actividades al aire libre. Es evidente que la experiencia es un grado. Sin embargo, lo que no ha cambiado durante todos estos años es lo que ocurre cuando la alerta llega a su fin. Entonces se hace balance de los litros de agua recogidos, de la virulencia de las rachas de viento y de todos los desperfectos registrados en cada municipio. La clase política no habla, en cambio, de uno de los fenómenos adversos que sí pueden controlarse desde la administración: la edificación descontrolada en cauces de barrancos y el estado de muchas infraestructuras de canalización.

En este Archipiélago, especialmente en la provincia occidental, cada uno ha levantado su hogar sin atender a leyes, las haya dictado el hombre o la naturaleza. El paisaje de Tenerife es una muestra de esa arquitectura irracional y peligrosa que ha sido avalada por el clientelismo político. Las administraciones, las mismas que han llegado a la conclusión de que hay que multar a aquellos aventureros imprudentes que han de ser rescatados por aire o mar, nunca se han atrevido a solucionar el gran problema de estas islas. El Gobierno de Canarias ha concedido ayudas a todos los afectados por los temporales sin valorar la responsabilidad individual que se asume cuando se elige dónde se quiere vivir.

La administración no puede ignorar a los damnificados, pero tampoco al resto de la población. Este anarquismo arquitectónico lo pagamos cada día todos, pero el precio es mucho mayor cuando hay un temporal. Es una inmoralidad y una estafa que no se busquen soluciones y se siga subvencionando esta forma de consumir el territorio. Bienvenidos sean todos los planes de emergencia que aún tienen pendientes los ayuntamientos, pero hay un plan de emergencias que se está olvidando: la prevención. El paso del tiempo es la mejor ayuda para transformar la realidad, pero no ocurrirá si no hay voluntad política o conciencia ciudadana. Y ahora mismo no hay ninguna de las dos cosas.

@sarayencinoso