Según se mantiene el debate abierto, oyendo a unos y a otros, defensores y detractores, cada vez se me van aclarando más las ideas. He recorrido un amplio abanico de informes con posiciones encontradas. También he oÃdo atentamente la experiencia de amigos conocedores del tema. Lo único es que por principio no he tomado en cuenta a los eternos valedores del insulto fácil y demagogia barata; ni a los hipócritas y falsos ecologistas del Gobierno canario. Eso sÃ, tras el estudio tengo mi propia conclusión libre e independiente, sin ataduras de ningún tipo. Empezaré diciendo que se equivocan los que hablan de que turismo y petróleo son incompatibles. Desde luego no en aquellos lugares que, como en Varadero, en Cuba, una de las zonas más turÃstica de la Isla de la Revolución, que entre complejos hoteleros hacen posible la extracción del oro negro con el turismo. Lo mismo podrÃamos decir de Brasil, Noruega, incluso, visto por mis propios ojos, plataformas petrolÃferas frente a las playas de Carolina del Norte. Por cierto, ahà tenemos a un Obama defensor de las energÃas renovables autorizando nuevas extracciones de petróleo. ¿Una contradicción?, no, una estrategia para conseguir el apoyo de los republicanos a la ley del clima. Hablar de los riesgos que suponen las posibles mareas negras, decir que de los 60.000 buques que navegan al año por nuestras costas, de los que el 50% tocan puertos canarios, pues el 90% del total transportan mercancÃas peligrosas, hidrocarburos en su mayorÃa. Desde 1930 convivimos los chicharreros con la RefinerÃa. Se me antoja pensar que el sistema para extraer el petróleo, de haberlo, ni aumenta, ni reduce el riesgo al que estamos sometidos en la actualidad. Por consiguiente, de ser ciertos los datos económicos y de empleo, Canarias, en estos momentos de paro y miseria, podrÃa verse beneficiada por la posible extracción de petróleo. Puedo pecar de ingenuo, pero parece que vale la pena intentarlo.La necesidad obliga: ¡Sà al petróleo!
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