TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
Un total de 25 años es la pena de prisión que solicita el Ministerio Fiscal para un joven de 32 años de edad al que se le acusa de ser el autor de los delitos de asesinato y robo con violencia, en hechos acaecidos en marzo del año pasado en San Isidro (Granadilla de Abona).
Se da la circunstancia de que el acusado fue arrestado casi un año después tras una brillante investigación efectuada por la Unidad Orgánica de PolicÃa Judicial de la Comandancia de Santa Cruz de Tenerife, en la que intervinieron miembros del Equipo de Delitos Contra las Personas (Homicidios), Laboratorio de CriminalÃstica y Equipo de PolicÃa Judicial de Granadilla.
El crimen, que fue reconocido por el ahora acusado cuando se le arrestó, tuvo lugar en una vivienda de San Isidro. La vÃctima, un varón de 41 años, murió por un golpe con una botella de vidrio en la cabeza y posteriormente con un cuchillo le realizó una herida inciso contusa en el cuello.
En la reconstrucción del crimen se logró ubicar a la vÃctima subiendo horas antes a un taxi, procedente de la zona de Las Verónicas (Arona), en compañÃa de una segunda persona que no pudo ser identificada en ese momento. El taxi se dirigió a San Isidro, dejando a los ocupantes en una zona próxima a la casa donde luego se le encontró. En realidad, se trata de un segundo domicilio de la vÃctima. Pero la clave de la investigación llegó gracias a que se logró localizar el teléfono del fallecido, el cual habÃa sido adquirido por un ciudadano que, desconociendo su procedencia, lo habÃa comprado a una persona que hasta ese momento no habÃa sido identificada.
A mediados del mes de octubre de 2012 (el crimen fue el 14 de marzo) se contaba con un sospechoso y con pruebas directas que lo vinculaban, y se daba la circunstancia de que esta persona se encontraba preso en el Centro Penitenciario de Tenerife II desde julio de 2012.
Todo encajó
Cuando se le tomó declaración, el ahora acusado reconoció su participación en los hechos investigados, además de concordar lo manifestado con lo averiguado durante los meses anteriores por los investigadores, indicios todos ellos que le apuntaban como el principal sospechoso del crimen. Se ha acreditado también que esta persona habÃa vendido el teléfono del fallecido. Igualmente, reconoció haber utilizado y tocado varios objetos del interior de la casa del fallecido, como ya habÃan determinado los resultados de las pruebas forenses.
Ahora, la FiscalÃa solicita 20 años de cárcel por el asesinato y otros cinco por el robo con violencia. Es probable que la defensa del acusado centre su argumentación en un caso de legÃtima defensa.