TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife
“Ha sido un éxito porque, en cualquier situación de riesgo, lo primero es que nadie resultó herido, y en esta ocasión todos los especialistas coincidieron en avisar de que se trataba de un fenómeno inusual y muy potente”. Es el primer resumen que hace el director general de Seguridad y Emergencias del Gobierno de Canarias, Juan Manuel Santana, quien deja claro desde el primer momento que el comportamiento de la ciudadanía en las islas afectadas ha sido el adecuado en una situación tan complicada.
Sobre los efectos, Santana abunda en un concepto fundamental en el sector de la seguridad: “No hay que lamentar desgracias ni accidentes; hay daños en objetos, pero siempre es secundario”. Sobre las predicciones, rememora que “se trataba de una situación compleja que combinaba varios meteoros (lluvia, vientos, rayos…) que llevaban de forma muy intensa”. “Si la Agencia Estatal de Meteorología da un aviso rojo, a nosotros solo nos queda más que decretar esa alerta máxima”.
Lo cierto es que no es habitual que se llegue a ese nivel de alerta en las Islas, aunque se trate de la segunda vez este año. “Lamentablemente -recuerda el alto cargo autonómico-, en marzo pasado ya ocurrió y tuvimos la desgracia de la muerte de una turista en un barranco de La Gomera: la ocasión anterior fue en noviembre de 2010”. Cabe apuntar que entonces, exactamente el domingo 28 y el lunes 29 de aquel mes de hace tres años, lo peor fue que un varón de 38 años resultó herido de gravedad al golpearle en la cabeza una puerta metálica en Los Realejos.
Pero no es la primera vez que llueve con fuerza en este invierno. Hace apenas una semana hubo precipitaciones considerables sobre Güímar y Candelaria (“y no pasó de una alerta amarilla”, compara Santana), y entonces ya se recordó que, 11 años después de la riada en la capital provincial y ocho después del Delta, Tenerife sigue sin contar con un radar meteorológico que sortee la dificultad que supone la sombra del Teide. “Es obvio que si se pone mejorarán las predicciones y se ha solicitado en varias ocasiones, pero los meteorológos que trabajan hoy en el Archipiélago intentan hacerlo lo mejor posible y es cierto que sus predicciones son cada vez mejores”.
Santana apunta que “la meteorología no es una ciencia exacta al 100%, ni lamentablemente nos puede anticipar qué va a pasar exactamente en cada kilómetro de un territorio como el nuestro. Por eso la gente debe ser paciente y, sobre todo, confiar en la Protección Civil, porque las medidas se adoptan tras meditarlas mucho y siempre en atención a lo que nos comunican los especialistas. Tengan algo muy claro: por que llueva no se suspende, aunque sea lluvia fuerte”.
¿Cómo se portó la gente esta vez? “De modo ejemplar: supo confiar y supo protegerse”, remacha Santana.
“Lo idóneo es que no se haga un anuncio de estas características tan tarde para que las familias y el resto de la comunidad educativa (desde profesores a los mismos transportistas) puedan organizarse, -afirma- pero había que reaccionar ante un cambio en las predicciones de la importancia que tenía el que se dio en la noche del miércoles”.