X
El revés y el derecho > Juan Cruz y Juan Manuel Bethencourt

El melómano en su sala – Por Juan Cruz / Ideas y acción, esa necesidad – Por Juan Manuel Bethencourt

   


El melómano en su sala – Por Juan Cruz

No sé si te he contado de una colección que cultivo: fotos de adversarios capaces de llevarse bien. En esa colección se repite con frecuencia un personaje, Jerónimo Saavedra. De hecho, la colección se abrió con una foto en la que él aparece riendo con Manuel Hermoso, el personaje fundamental de tu partido, Coalición Canaria, que le arrebató el Gobierno al dirigente socialista canario. Pues esa fotografía se hizo algo después de ese forzado relevo. Después lo he visto fotografiarse, riendo también, con otros oponentes de alta alcurnia política, en Canarias y fuera de Canarias. Ese es el talante de Saavedra, dejar a un lado su manera personal de ver las cosas y la política, y prestarse siempre a posar y a trabajar (y a reír, que es una manera de compartir) con aquellos con los que no comparte ideas políticas. Para mi ese es uno de los rasgos más importantes de su personalidad. Y como lo aprecio en alto grado figura en lo más granado de esa colección fotográfica de la que te hablo. Ahora los actuales dirigentes canarios, con Paulino Rivero a la cabeza, han mostrado hacia él ese afecto que él derrama hacia los otros, y le han dedicado una sala importante del Auditorio Alfredo Kraus, en el marco del Festival Internacional de Música de Canarias. Seguro que para este melómano, cuya presencia en festivales es la de un profundo conocedor de la música, este agasajo habrá sido de la mayor importancia sentimental, pues en Saavedra lo sentimental y lo vivido son elementos indisolubles de su manera de ser. Aunque parezca socarrón y distraído tantas veces, la suya es una manera de ser rabiosamente humana, profunda y diligente, y la música le ha ayudado a ser así. Él promovió este festival y aquel auditorio, e hizo de su ambición cultural una raíz y un objetivo de sus gobiernos. Que los que mandan ahora se lo reconozcan me parece que merece formar parte de esa colección en la que en seguida voy a colgar esta fotografía de ahora.

Ideas y acción, esa necesidad – Por Juan Manuel Bethencourt

Sentida y sincera reflexión, querido Juan, esta que expones sobre la figura y talante de Jerónimo Saavedra Acevedo, un político marcado por un estilo acorde con la etapa, apasionante, que le correspondió protagonizar, la que va del final de la dictadura a la transición democrática y de ahí a la consolidación del autogobierno vía modelo autonómico surgido de la Constitución de 1978. Pero no quiero remontarme de nuevo al entusiasmo nostálgico, sino centrarme en algunos argumentos que me parecen válidos para el momento presente. Saavedra siempre ha sido un excepcional conversador, y guardo con él una óptima relación desde hace más de dos décadas. Como político, creo que sus mejores logros llegaron en el terreno discursivo, es decir, que su gran aportación a la política canaria ha venido de la mano de las ideas, casi en las antípodas de un adversario y breve socio como Manuel Hermoso, hombre de acción con capacidad para conectar con el ciudadano medio. Yo, que soy cargo público pero que obviamente no soy un buen político, sí me precio de entender que la política con mayúsculas es siempre la adecuada combinación entre ideas y acción, camino pedregoso como pocos, pues este esfuerzo doble encierra múltiples trampas por el camino. La realidad siempre acude para ponernos aprueba, y los políticos de hoy nos vemos sometidos por una dinámica perversa: exhibimos movimiento permanente con el objetivo, por lo general baldío, de mitigar, y también disimular, nuestra manifiesta incapacidad para entender el mundo de hoy. Creo que Saavedra cometió un error estratégico al renunciar al legado del PSOE canario como impulsor principal del autogobierno, sucumbió a la comodidad del sucursalismo e hizo con ello un enorme favor a su principal adversario, es decir, a los nacionalistas. Ahora nos corresponde a nosotros entender que un buen nacionalismo moderno tiene tareas a las que simplemente no puede renunciar. Te digo tres: cohesionar Canarias, modernizarla e influir en España. Dentro de España, claro.