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La fiebre del surf no cesa

   
Los propietarios de la academia de surf ATSA, Nils Grillo y Juan Trujillo, ayer en Playa de Las Américas. | N. D. Una familia de turistas noruegos coge por primera vez una tabla. | N.D.
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Los propietarios de la academia de surf ATSA, Nils Grillo y Juan Trujillo, ayer en Playa de Las Américas. | N. D.

NICOLÁS DORTA | Arona

El surf hace feliz a mucha gente. Cada día acuden a Playa de Las Américas muchas personas atraídas por la fiebre de este deporte, que nació en las islas de la Polinesia y se extendió por el mundo de manera natural, como nacen las olas en este punto del litoral sureño, donde todo el año cualquiera puede deslizar la tabla sobre el agua. Un alemán sale de la playa de Las Palmeras, uno de los puntos clave para practicar, contento porque ha tenido un buen día sobre las olas. Trabaja en Berlín pero ha decidido pasar las vacaciones en la Isla para practicar. Por la tarde lo volverá a intentar. A su lado una familia noruega prueba por primera vez la experiencia. Todos bajo la supervisión de un monitor del club ATSA (Aloha Tenerife Sur Academy) que dirigen Nils Grillo y Juan Trujillo.

Desde 2011 están al frente de esta academia, con su sede en Las Palmeras. Allí se apilan las tablas para aprender, los trajes de neopreno y poco más se necesita en un lugar donde se hace cien por cien surf.

Las cosas han cambiado y ya no es un deporte para unos pocos, pues todo el mundo puede practicarlo a cualquier edad. El surf está en revistas, tiendas, películas, en las conversaciones de la gente y se ve desde el paseo todos los días. Por la academia ATSA no paran de llegar turistas, que representan el 80% de la clientela. Pagan 35 euros por dos horas de clase. Antes de entrar al agua deben saber cómo ponerse de pie simulando que sortean la ola en la tabla. Luego todo es cuestión de tiempo y la experiencia irá agudizando destrezas, comentan los monitores. “El surf está de moda y es el deporte de la mayoría de los turistas”. “El que viene a la Isla lo hace para hacer senderismo, subir al Teide, a una moto acuática, para hacer buceo y también practicar surf”, comenta Nils. “Cada vez se está viendo un tipo de turismo activo en general que aprovecha las oportunidades que tiene la Isla, y una de ellas es esta”, añaden.

El surf también es cuidar el medio ambiente y en eso la academia está comprometida, con la realización de cursos y talleres.

El último taller se desarrolló este mes en colaboración con el Ayuntamiento de Arona. Consistió en una visita al Complejo Medioambiental de Tenerife, ubicado en Arico, con un grupo de escolares para transmitir a los más pequeños la necesidad de separar y reciclar la basura, además de disminuir la generación de residuos. Allí conocieron en primera persona los procesos a los que son sometidos los residuos que generamos.

Además, todos los veranos existe un campamento de surf y durante los fines de semana de todo año hay clases para nivel inicial, medio y avanzado. “Al principio los propios padres nos alertan del mar pero luego ven que tenemos todas las medidas de seguridad”, explican. “Aquí usamos el deporte para impulsar los valores medioambientales”, subraya Trujillo. Mientras, en el agua disfrutan con su tabla los que se metieron por primera vez.