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La ‘gracia’ de un turista obliga a movilizar los servicios de rescate

   
El helicóptero del GES sobrevoló las aguas del puerto de la capital palmera en busca del pasajero. | D. S.

El helicóptero del GES sobrevoló las aguas del puerto de la capital palmera en busca del pasajero. | D. S.

DAVID SANZ | Santa Cruz de La Palma

En la tarde de ayer, diversos efectivos de seguridad se movilizaron en la isla de La Palma ante la alarma creada por la desaparición de un pasajero del crucero Aida, que se encontraba atracado desde por la mañana en el puerto de la capital palmera.

Según han relatado diversas fuentes a este periódico, se trataba de un joven turista alemán que se lanzó desde la embarcación al mar, como un extraño divertimento que está prohibido, dado que representa a todas luces un grave peligro para su integridad física. Su acompañante, a la vista de que no regresaba al crucero pasado cierto tiempo, dio la voz de alarma sobre su desaparición.

Hasta el muelle de Santa Cruz de La Palma se acercó la embarcación de Salvamento Marítimo, que llegó inmediatamente, dado que se encuentra atracada en el cercano puerto de pescadores y rastreó palmo a palmo la zona del mar cercana a la embarcación. Poco después hacía su aparición el helicóptero del GES, que estuvo sobrevolando la misma zona por un tiempo no inferior a la media hora por si divisaba en las aguas del puerto al pasajero del Aida. Además acudieron al puerto efectivos del Cuerpo Nacional de Policía, una ambulancia y la propia policía portuaria. Los submarinistas no llegaron a operar.

Pasadas dos horas, el turista apareció en el crucero. Según relatan diversas fuentes, después de tirarse al mar, salió nadando hasta una de las plataformas que permiten el acceso a tierra. No es la primera vez que se movilizan multitud de efectivos de seguridad en el puerto de Santa Cruz de La Palma relacionados con aparentes sucesos que ocurren con turistas de cruceros, que después no revisten mayor trascendencia o, lo que es peor, como en este caso, es fruto de una broma de muy mal gusto.