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La noche de ‘La noche’ – Por Carmelo Rivero

   

Hace cincuenta años éramos niños, los de mi quinta, y escuchábamos una radio oferente, que hacía regalos y daba caramelos en las emisiones del Tío Pepote gracias a unos padres cómplices. Entonces, la televisión aterrizó en Canarias con armas y bagajes. En La Noche en 24 horas, la efeméride fue la noticia feliz del día (miércoles, 12, junto al preacuerdo del canal de Panamá), en la que me reconozco como un espectador ajeno al destino de las cámaras. Luego es cierto que me he pasado la vida de ese lado de la realidad -entre cronopios en las ondas-, que hemos terminado llamando telerrealidad, y no tengo mejor hábitat a mano. A caballo de la radio -cuyo día mundial fue el 13-, y la tele, uno termina convirtiéndose en un mueble viejo, como el armario que clausuraba la puerta condenada de los llantos de niño de noche del hotel del cuento del autor que se menciona al final de este artículo, como los aparatos de los tiempos de María Castaña. Oigo a Cristina García Ramos contar anécdotas como si el tiempo siguiera en la redoma, sin escanciar, sin pasar por ella: el presidente de Cabildo que se le desmayó antes de salir al aire, o la entrevista para aplacar los rumores de erupción, cuando el Teneguía explotó, precisamente, a su espalda. Martín Rivero y Zenaido Hernández concursaron con éxito en Canarias paso a paso, cuando la pequeña pantalla te divinizaba, como prescribía Warhol, que sentenció: “La inspiración es la televisión”. Cincuenta años de TVEC y -en septiembre- de RNE en Canarias, dos medios que me han educado como persona. El sábado cumplió 49 Radio Ecca: premio especial de la Academia de la Radio, con dos millones de alumnos, como evaluó J. A. Pardellas, exdirector de RNE y la cara de los primeros Telecanarias. Cuando entramos de puntillas al plató con Antonio Cacereño, director de La Provincia, nos asaltó a todos cierto déjà vu y era, en efecto, donde Cutillas hacía Tenderete, decano de la televisión española: “¡42 años!”, proclamó el presentador y director del canal, Sergio Martín, y recabó de Juan Cruz el último aniversario de una noche de gala: 30 años de la muerte de un Cortázar ya centenario (que hiberna en A fondo gracias a Soler Serrano, desde 1977), el año del color de las palabras.