La Policía Local de Santa Cruz de Tenerife atendió a 3.217 mujeres víctimas de malos tratos o violencia de género

Sede del Grupo de Asistencia a la Mujer (GRAMU) de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife. | DA

DIARIO DE AVISOS | Santa Cruz de Tenerife

El Grupo de Asistencia a la Mujer (GRAMU) de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife ha hecho públicos los datos de su labor durante el pasado año 2013, destacando la atención prestada a 3.217 mujeres en el municipio en materia de malos tratos o violencia de género. Una labor muy importante, que realizan los cinco agentes y el subinspector destinados en este grupo, se centra en el asesoramiento, atención e información a las mujeres que pudieran estar siendo víctimas de estas situaciones.

Además, en la parcela más operativa al GRAMU le correspondió, en el pasado ejercicio, velar y vigilar el cumplimiento de las órdenes judiciales de alejamiento que han dictado los jueces para muchos de estos casos en el municipio capitalino. En total se han verificado y realizado el seguimiento a 2.094 situaciones de este tipo, estableciendo además un cauce para que las víctimas, en caso de detectar algún incumplimiento, sepan cómo actuar y alertar a la Policía Local.

El primer semestre de 2013 fue mucho más complicado en esta materia que la segunda parte del año, ya que el 53% de los servicios se concentraron en ese período. De hecho, casi el 66% de las denuncias tramitadas por el GRAMU se produjeron antes del mes de julio pasado. Los miembros del GRAMU también llegaron a realizar lo que se denominan acompañamientos a las víctimas de malos tratos, en casi una veintena de ocasiones. Del mismo modo, esa atención se extiende con el seguimiento personalizado a las víctimas y su evolución, asesorando a las mujeres tras presentar una denuncia y comprobar su situación personal, en total fueron 230 servicios de este tipo los que asumieron en 2013. Lógicamente una buena parte del trabajo de este grupo especializado también se centra en la emisión de informes requeridos por las autoridades judiciales e incluso la realización de las citaciones judiciales de los imputados.

El perfil de las víctimas y las denuncias

Con los datos recogidos por el GRAMU, se puede concluir que el perfil de las 97 mujeres que sufrieron malos tratos durante el pasado año se podrían resumir en que, mayoritariamente, son españolas (el 90 por ciento), tienen una edad comprendida entre los 18 y los 35 años (el 50 por ciento) y ha sufrido daños físicos o psicológicos por parte del agresor (un 39 por ciento de las víctimas)

Afinando en las estadísticas, también se puede destacar que el 72 por ciento de las víctimas son mujeres nacidas en el archipiélago canario y que el segundo grupo de edad más afectado se sitúa en la franja comprendida entre los 36 y los 55 años. Los meses más complicados en esta materia durante 2013 fueron marzo, abril y junio. Del análisis de las denuncias se subraya que el 39 por ciento del total se corresponden con delitos originados por malos tratos físicos y psicológicos; mientras que otro 25 por ciento se generó por insultos, amenazas y coacciones.

La distribución territorial de los servicios realizados por este grupo policial se repartió de la siguiente manera: el distrito Suroeste acumula el 25 por ciento de este tipo de delitos, aunque si sumamos los casos ocurridos en Salud-La Salle y Ofra-Costa Sur, entre ambos alcanzan el 35 por ciento del total de las denuncias. En el distrito de Anaga solo se registraron dos casos de violencia de género en todo el año 2013.

Por último, se ha constatado que el 84 por ciento de los agresores son de nacionalidad española y que, por ejemplo, en cuanto a la relación con su víctima el 38 por ciento eran ex parejas; el 32 por ciento figuraban como parejas de hecho; el 20 por ciento estaban casados y el siete por ciento mantenían una relación de noviazgo; como curiosidad sólo en el dos por ciento de los casos el denunciado era padre de la víctima. La edad media de los agresores, según los datos con los que cuenta el GRAMU, se encuentra entre los 18 y los 35 años, en la mitad de los casos de malos tratos.