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El cielo de Canarias – Por Antonio Alarcó

   

La importancia que la observación astronómica posee es manifiesta, y para nuestro país más aún, tanto es así que albergamos un centro de referencia en dicha materia liderado por el Instituto de Astrofísica de Canarias (IAC) que ha venido desempeñando durante décadas una labor incansable para situar a España en las más altas cuotas científicas.

Y esto se debe gracias al trabajo que realizó el primer catedrático de Astrofísica de España, fundador y director del Organismo Público de Investigación, Francisco Sánchez, durante las más de tres décadas que estuvo al frente del IAC. Ahora ha cogido el testigo Rafael Rebolo, y viendo su currículum estamos convencidos de que seguirá la estela de su antecesor.

El IAC es un centro de investigación español, de los más importantes del mundo, cuyos magníficos profesionales aprovechan el mejor cielo astronómico del planeta, y que se mantienen bien conservados gracias a la sensibilización de la ciudadanía.

Nuestra ubicación geoestratégica tricontinental fue muy bien aprovechada con la instalación del Gran Telescopio Canarias (GTC), un hito histórico y un nuevo avance en la apuesta que España hizo en su día por la consolidación de las Islas como destino de estas importantes infraestructuras.

No es la primera vez que defendemos la idea de beneficiarnos en mayor medida de la gran ventaja que supone contar con estas y otras instalaciones, únicas en el mundo, que bien podrían contribuir a nuestra promoción como destino científico, astrofísico, y turístico, una forma de actividad que consume poco terreno y relaciona ocio e investigación, que es compatible.

Ya lo intentamos en su día, cuando aunamos esfuerzos en todas las instituciones para que el IAC albergara el Telescopio Europeo Extremadamente Grande (E-ELT). Quien les escribe presentó una moción en el Senado que obtuvo el respaldo unánime de todas las fuerzas políticas. Sin embargo, la errónea estrategia internacional desarrollada por el Gobierno en aquel momento malogró este objetivo. Pese a ello, nuestra apuesta por continuar a la cabeza del desarrollo científico y tecnológico en materia de observación astronómica no cesa y, en la actualidad, hay un proyecto en el que España parte como una de las favoritas para su consecución: que Tenerife sea la sede del hemisferio de norte del CTA (Cherenkov Telescope Array).

Dicha infraestructura, por la que también pelean México y EE.UU., constará de la mayor red de telescopios de rayos gamma del planeta, tendrá decenas de telescopios de dos o tres tamaños diferentes, de seis a veinticinco metros de diámetro, cubriendo una superficie en torno a un kilómetro cuadrado en el hemisferio norte y en torno a diez kilómetros cuadrados en el hemisferio sur.

Este proyecto cuenta con el apoyo explícito en sede parlamentaria del titular del Ministerio de Economía y Competitividad, Luis de Guindos, que consciente de las implicaciones económicas y científicas ha apostado de manera decidida por la candidatura de Tenerife frente a las otras ubicaciones. Y es que la industria astrofísica española es una de las mejores del mundo, origina puestos de trabajo, y supone un valor añadido a nuestro país.

Para redoblar estos esfuerzos hemos presentado en el último Pleno del Cabildo una moción para instar tanto al Gobierno de Canarias como al Gobierno de España a realizar cuantas acciones sean necesarias para que esta Isla sea la elegida. También hemos registrado esta misma iniciativa en el Senado, y esperamos conseguir el máximo respaldo.

Agradecemos al grupo de gobierno de la Corporación insular su apoyo unánime a nuestra propuesta pues siempre hemos pensado que la investigación astrofísica y científica debe quedar exenta de la confrontación política. Sólo así, yendo de la mano, podremos mostrar la unidad de los españoles en torno a un proyecto que sabrá valorar lo extraordinario que es el cielo de Canarias.

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