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José Ramón Navarro: Soñó con ser juez para cambiar el mundo

   
José Ramón Navarro

José Ramón Navarro. | FRAN PALLERO


TINERFE FUMERO
| Santa Cruz de Tenerife

En poco menos de un año ha pasado de presidir la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife a situarse al frente de un tribunal con jurisdicción en toda España que conoce de materias de especial importancia, previo paso por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC). Es el tinerfeño que ha llegado a mayor rango en una administración como la judicial, y su juventud le da margen para alcanzar cotas similares, dado que poco más le resta por ascender. La noticia de su elección esta semana -el pasado jueves- obliga a recuperar la parte más personal de una entrevista que José Ramón Navarro Miranda (Santa Cruz de Tenerife, 1959) concedió a DIARIO DE AVISOS hace apenas tres meses.

Antecedentes llamativos

Fue entonces cuando, por primera vez, Navarro habló en los medios de comunicación de su abuelo, Isidro Navarro, que era el secretario del Gobierno Civil de la provincia tinerfeña en 1936, y tal condición se tradujo primero en su arresto y luego en su fusilamiento junto al entonces gobernador civil, Manuel Vázquez Moro.

Isidro Navarro llegó a las Islas tras ganar su plaza y, junto a su superior, fue detenido por los golpistas en el asalto a la sede de la Gobernación, que entonces se ubicaba donde hoy tiene su sede Banesto en la céntrica plaza de la Candelaria.

La toma de tan estratégico puesto de mando fue sangrienta y ambos bandos tuvieron una baja en el tiroteo. Por los golpistas cayó un joven de 18 años llamado Santiago Cuadrado; por los republicanos el cabo de la Guardia de Asalto Francisco Muñoz Serrano, un héroe desde que arrestó a los dos atracadores del tranvía que mataron al conductor y a un pasajero.

En cuanto al proceso judicial que acabó con su abuelo frente al pelotón de fusilamiento, Navarro recuerda: “Llegué a tener el sumario de mi abuelo entre mis manos, pero lo primero era el certificado de defunción y la verdad es que no pude leerlo”. “Mi abuelo tenía 27 años de edad y había llegado de Almería”, rememora el magistrado. De la pantomima de aquella justicia, detalla: “Le hicieron un consejo de guerra y lo condenaron a cadena perpetua; luego le formaron otro para condenarlo a muerte y lo fusilaron. De lo poco que leí fue que en el apartado sobre la causa de muerte pusieron: hemorragias múltiples”.

Quién sabe si ahí surgió su confesado anhelo infantil de mejorar las cosas. Cuestionado en la entrevista sobre cómo pesó la figura de lo sucedido cuando era pequeño, Navarro explicaba que siempre lo vio “como eso que nunca debió pasar y que nunca debe repetirse”.

Curiosamente, el hijo de Isidro se dedicó a la Medicina. “No sé bien por qué, la verdad, pero sí sé que desde el principio quise estudiar Derecho porque, además de que me gustase, siempre he pensado que es el campo profesional desde el que más se puede influir en la sociedad. Ni como médico, ni como arquitecto, ingeniero… se puede tener tanta trascendencia social. Porque se pueden hacer muchas más cosas por los demás desde el ámbito jurídico. Haces Justicia, haces leyes… En todos los aspectos de la vida está presente el Derecho. Desde que nacemos hasta que morimos, a cualquier hora del día es Derecho. Hombre, cuando era chico no lo sabía pero sí que lo intuía”, explicaba en diciembre pasado José Ramón Navarro.

Está claro que en su casa prima lo jurídico. Tras opositar como número uno de su promoción en las oposiciones al cuerpo jurídico militar y antes de que su primer destino civil lo llevase a Icod de los Vinos, se casó con una abogada, profesión que también ejerce su hija mayor y para la que se prepara el menor.

Antes que la localidad norteña pasó por un juzgados de primera instancia e instrucción en Jijona, célebre localidad alicantina por sus turrones, y después de Icod estuvo en La Orotava para, posteriormente, ocupar plaza en la localidad barcelonesa de Manresa.

Nueve años

Ya en 1999 es destinado a su localidad natal, donde es titular del juzgado de instrucción nº 1 durante un lustro. De ahí salta a la Audiencia Provincial de Santa Cruz de Tenerife, cuya presidencia ocupa durante nueve años en los que se produce una etapa de modernización de esta jurisdicción que lo alaba como gestor. En junio de 2013 fue nombrado presidente del Tribunal Superior de Justicia de Canarias, cargo que ocupa en la actualidad hasta que el nombramiento se para regir la Audiencia Nacional se haga firme.

De natural moderado, es hombre que tiende al consenso pero que, como buen juez, no duda a la hora de tomar decisiones. Durante su etapa como presidente de la Audiencia fue invitado por algún partido político a encabezar una lista electoral de relevancia notoria. Quien lo conoce bien sabe perfectamente que se negó dando las gracias y con la mejor de sus sonrisas. Hace mucho que decidió desde dónde podía servir mejor a la sociedad.

Contra la corrupción y los grandes fraudes

José Ramón Navarro Miranda llega a la presidencia de la Audiencia Nacional es un momento clave para este órgano jurisdiccional único en España con jurisdicción en todo el territorio nacional y que constituye un Tribunal centralizado y especializado para el conocimiento de determinadas materias que vienen atribuidas por Ley.

Creada en 1977 con el claro objetivo de dar respuesta jurídica adecuada a la lacra terrorista, las dudas sobre la misma se disiparon desde la perspectiva jurídica -gracias a una sentencia del Constitucional- y sobre su funcionalidad, por cuanto ha supuesto una herramienta útil contra los asesinos de la ETA, GRAPO y similares. El paso del tiempo obliga a la Audiencia Nacional a redefinirse precisamente a través de su razón de ser, que son los temas de los que conoce.

Navarro ha dejado claro (y así ha obtenido el respaldo de 15 de 19 miembros del Consejo General del Poder Judicial) que no quiere revoluciones y la Audiencia seguirá atendiendo determinados delitos contra la Corona o miembros de Gobiernos, delitos de crimen organizado como terrorismo, narcotráfico, falsificación de moneda, y de delitos cometidos fuera del territorio nacional siempre que así le corresponda.

Pero el tinerfeño ha propuesto combatir desde este tribunal los grandes casos de corrupción, así como la creación de una Sala de lo Civil para que atienda a los grandes fraudes a los consumidores, como por ejemplo bien pueden ser determinadas participaciones preferentes comercializadas por la banca en España.

Con Navarro habrá cambios en la Audiencia Nacional. Y será para adaptarla a los tiempos, como ya hizo en la provincial tinerfeña.