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‘Manué, no te arrime a la paré’ – Por Óscar Herrera

   

Estamos tan convencidos de que el CD Tenerife tiene un potencial superior al que demuestra que cuando no gana fuera de casa la decepción es mayúscula. Lo cierto es que cuando el equipo blanquiazul maneja los partidos mirando a la portería contraria, da la impresión de que puede meterle mano a los rivales con cierta facilidad. Cada vez que merodea el área rival con hambre y ambición, jugadores como Suso, Aridane, Ayoze Pérez, Édgar, Cristo Martín o Luismi Loro, se disfrazan de jugones para hacer bailar al contrario al son que marquen ellos. Y la verdad es que tengo dudas. Defensivamente, el equilibrio para no quebrar el orden atrás, se puede perder si atacas con cinco jugadores y algún otro tiene la tentación de asomarse demasiado arriba. Ricardo y Ros en Valdebebas, apenas salieron de la madriguera defensiva, y se juntaban con Bruno, Ruiz, Ayoze Díaz y Cámara para defender con seis elementos, en ocasiones siete, ocho, y hasta nueve, cuando Aridane, Édgar o Loro se venían hasta las trincheras para combatir al enemigo en el cuerpo a cuerpo.

La sensación que quedó tras ver como el Real Madrid Castilla le dio la vuelta al marcador es que el Tenerife se lo buscó; que venía jugando con fuego. Queda también en el aire, si es el oponente el que arrima al Tenerife con el culo pegado al área propia, o es el mismo equipo blanquiazul el que va reculando hasta quedar con muchos hombres por detrás del centro del campo. A veces me dan ganas de gritarle desde la cabina de radio a Cervera como la canción de Los Inhumanos: “Manué, no te arrime a la paré, que te va a llenar de ca, de ca, de ca”.

La traducción simultánea y con un lenguaje más formal sería: “Manuel, no te apoyes en el tabique que te vas a manchar de óxido de cal, de óxido de cal, de óxido de cal…”. Pero la parte que más se me asemeja a lo que le pasa al Tenerife cuando de tanto echarse para atrás le acaban marcando goles, está en la coplilla de Inhumanos en el momento en el que encima le pegan la bronca al susodicho Manué por arrimarse a la pared en plan ¡ya te lo dije! En Madrid, como en otros partidos, le hemos cantado al equipo que no se metiera tan atrás que le iban a marcar, y acabó pasando. Con la simplicidad de quien no es entrenador y solo opina desde fuera, se ve demasiado fácil la lectura que hacemos, pero tampoco le ha ido tan mal al CD Tenerife el librillo de Cervera, que nos ascendió a Segunda jugando así, y tiene al Tete a falta de 14 partidos para acabar la temporada, en una posición privilegiada para alcanzar el único objetivo marcado de antemano: la permanencia.

Y Cervera sigue fiel a su estilo de nadar y guardar la ropa, aunque a veces parezca que es mejor seguir nadando y dar brazadas en busca de la portería rival y del triunfo en cada partido. Algo que, no nos olvidemos, está al alcance de muy pocos equipos, y menos de un modesto Tenerife que hace 12 meses era de Segunda B.