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Sostenibilidad – Por José Antonio García de Paredes

   

La moratoria turística no era necesaria si se hubiera actuado para reducir la oferta marginal impidiendo el incremento de la oferta actual, se completaban las infraestructuras necesarios en los centros turísticos, se evitaba la polución medioambiental y se promocionaba el desarrollo sostenible, se controlaban las actuaciones ilegales y la calidad; y si por otro lado las empresas turísticas mejoraban sustancialmente la calidad de sus establecimientos, modernizaban sus equipamientos y aumentaban la calidad de los servicios, los niveles de eficacia en la gestión empresarial, y la productividad del personal. Como resultado de la Ley de Espacios Naturales de Canarias se alcanzó la protección del 40,4 % del territorio. ¿Qué sucede ahora? El Gobierno de Canarias ha flexibilizado la Ley turística con una modificación que permite construir hoteles de cinco estrellas. En Gran Canaria consideran que debe regularse en los PIOT insulares porque la situación de cada isla es diferente y hay municipios con más hoteles que otros; pero al recurrir el Consejo de Ministros ante el Constitucional se aplicará la norma anterior, por lo que no se podrá construir nada de nada. Lo paradójico es que la nueva Ley contempla una revisión anual que vence en julio y lo presumible es que el Gobierno canario opte entonces por ceder, permitiendo también la construcción de hoteles de cuatro estrellas, y el Consejo de Ministros retire el recurso. Toca entonces convencer a los inversores para que esperen medio año más. El turismo sostenible atiende a las necesidades de los turistas actuales y de las regiones receptoras, y al mismo tiempo protege y fomenta las oportunidades para el futuro. Se concibe como una vía hacia la gestión de todos los recursos de forma que puedan satisfacerse las necesidades económicas sociales y estéticas, respetando al mismo tiempo la integridad cultural, los procesos ecológicos esenciales, la diversidad biológica y los sistemas que sostienen la vida. La sostenibilidad no es una posible opción a la actividad turística, sino que es la única opción, aquella que puede mejorar la calidad de vida de los ciudadanos de hoy y del futuro sin sobrepasar la “capacidad de carga” de los ecosistemas que son el soporte de la vida; existiendo límites al uso de los espacios turísticos por parte de los visitantes que hace necesario realizar estudios de esa capacidad de carga específicos para cada caso concreto. La densidad de población en las Islas es de 284,46 hab/km², cifra más de tres veces superior a la media española, es un destino visitado por cerca de 12 millones de personas, todo ello en una extensión de 7.447 km². El 85% de nuestros visitantes lo hace a través de los turoperadores, verdaderos benefactores del negocio. En mi opinión perseguimos un turismo mortuorio, el que llevará al sector hacia la obsolescencia y la crisis estructural si sigue la senda del pleito, de la utilización política zafia, la derrochona en folletos, la que favorece a las multinacionales, el camino del desarrollo insostenible.