X
a babor >

Tarifa plana – Por Francisco Pomares

   

No es que uno sea desconfiado, pero la experiencia demuestra que las tarifas planas salen siempre más caras de lo que dice la propaganda. En ese particular sentido, la propuesta de tarifa plana a la Seguridad Social en las nuevas contrataciones, que en señor Rajoy anunció en la comparecencia del estado de la nación, me parece que tiene truco. El mismo truco que esa exención de IRPF de los que cobran menos de 12.000 euros que sólo afecta a los muchos menos que cobran entre 11.160 y 12.000 euros, porque los que cobraban menos de 11.160 ya estaban exentos. Ahora sabemos también que el coste real para las empresas no va a ser de 100 euros, sino de 250, pero eso no es lo peor del asunto en cuestión. Y conste que no estoy en contra de que se planteen exenciones fiscales a la contratación. Estoy absolutamente a favor, y creo que habría sido mejor insistir en ellas que plantear una reforma del empleo que dejó a centenares de miles de trabajadores en el paro. El problema es que la propuesta de tarifa plana esconde una posición que es la que el PP está imponiendo en todas sus decisiones, que consiste en dar por supuesto aquí que todos somos iguales, cuando este es un país de enormes desigualdades. Con la tarifa plana, si de verdad es plana e igual para todos, tal y como se ha planteado, cotizarán lo mismo a la seguridad social quienes cobren doce mil euros que quienes cobren el doble o el triple. La diferencia la abonará el Estado directamente tirando de los presupuestos, lo que quiere decir que la carga de la seguridad social y de las futuras pensiones se repartirá de una forma más injusta. Entre todos pagaremos a los que más cobren. Para este concreto Gobierno nuestro, la solución de los problemas económicos del país pasa por crear una sociedad más injusta, en la que aumentan las desigualdades y el Estado de Bienestar se empequeñece. Al final, la tarifa plana de Rajoy responde a la misma filosofía que reducir impuestos a los que más ganan, reducir el poder adquisitivo de todas las pensiones o empobrecer la sanidad, la educación y la justicia, de tal forma que al final haya dos categorías de país: una cada vez más amplia, integrada por quienes menos tienen, y otra cada día más pequeña de quienes pueden permitirse tenerlo todo.

La tarifa plana es una desvergüenza, y la exención del IRPF a los que cobren menos de 12.000 euros un engaño, porque ya existía. La verdad es que para tan parca oferta podían haberse ahorrado la fanfarria.