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Sin pelos en el teclado > Cecilio Urgoiti

Manifiesto del Movimiento Republicano Popular (I) – Por Cecilio Urgoiti

   

Frente a la inadmisible y vergonzosa actitud corrupta de la monarquía, la deriva que los Gobiernos, amparados en unos partidos llenos de dudosa honradez y, con índices de corrupción elevadísimos, nos han ido llevado en estas últimas décadas, no ya solo, a la más profunda miseria, logrando además, niveles elevados de desesperación y angustia en la ciudadanía. Alcanzando en más de una ocasión el suicidio.

Despojándonos del Estado de Bienestar, subiendo los porcentajes de paro sobre el resto de los europeos y europeas, privando a un segmento importante de la población de la gratuidad de la sanidad, gravando los medicamentos a todos los pensionistas, desarrollando una ley que limita el incremento de las pensiones. Sacándose de la manga leyes en contra de la Justicia Internacional, para favorecer los mercados asiáticos y sus dirigentes políticos y, de forma paralela, autoproteger a sus élites políticas actuales. Una nueva Ley del Aborto, que atenta directamente contra la libertad de la mujer, a la hora de decidir sobre ella misma y su útero. Los porcentajes de pobreza están dentro de los más elevados de la Unión Europea. Continúa un largo etcétera que ha tenido su culminación, en el atentado a la Constitución del 78, que no dudamos en llamar “Golpe de Estado Financiero”, con la reforma del Art. 135, impuesto por la Troika Eurokapitalista, compuesta y dirigida por la UE, Banco Central Europeo y el Fondo Monetario Internacional, con el beneplácito de los partidos españoles de corte monárquica PPSOE, que no dudaron en admitir esa despiadada formula de “intervención” única en las Unión Europea. Con este acto se llegó al más cruel entreguismo, así como, una certera pérdida de soberanía nacional difícil de superar, mientras esa cláusula continúe.

El panorama anterior nos hace constatar, que el inicio de este escenario está en las adversas políticas seguidas por los Gobiernos del PSOE y del PP, que han llevado a España a inutilizar todo el tejido industrial y la producción del sector primario a instancias de una astuta UE, que con unas subvenciones, finiquitaron gran parte de nuestra producción. En el otro extremo se ha ido aplastando la iniciativa privada de autónomos, las pequeñas y medianas empresas, cooperativas y empresas familiares, auténticos motores de la economía nacional. Beneficiando, de forma traidora, a los enemigos de la economía nacional y productiva. Hasta el punto de que hoy los Gobiernos españoles no dudan en rescatar bancos o autopistas de peaje y por contra, dejan sin viviendas, a los que les arrebatan el empleo o dejar sin comer a un amplio sector de la población, negando si son necesarios los datos planteados por organizaciones como Cáritas.
Desde Plataforma por la República, Unión por la III República y Junta Republicana del Sur, perseguimos un cambio de rumbo con una erradicación de la monarquía y su obsoleta Carta otorgada por el Rey en el 78. Queremos la desaparición del bipartidismo con la fórmula y condición turnista y también todas sus instituciones, en avanzado desprestigio, con la pérdida de toda legitimidad democrática. Exigimos un referéndum como preámbulo de unas Cortes Constituyentes

Queremos conseguir una República Autodeterminaria, Eco-Socialista y Laica, con un primordial fin, la dedicación al servicio del bien común, a desarrollarnos en una auténtica democracia radical en todas las dimensiones y a seguir desarrollando un Estado de Bienestar como colofón del mejor bien para la ciudadanía.

No habrá democracia y auténtico estado democrático real sin antes acabar con la corrupción. No admitimos que quieran instruirnos e instituirnos con la deshonestidad política. No pasaremos porque la costumbre sea el clientelismo. Mucho menos admitiremos la partitocracia actual como forma de fundamentar el proceso de elección. Nos preocuparemos por la justicia, los derechos cívicos y lucharemos para alcanzar la involución democrática. Queremos que no se pierdan los avances en derechos cívicos e igualdad de género conseguidos por los movimientos sociales tras años de lucha.
No admitimos la manipulación persistente de los medios de comunicación, tanto públicos como privados. Tenemos que asegurar que dejen de estar al servicio de los partidos o del Gobierno de turno. La dirección de los públicos la nombran los Gobiernos y a los medios privados se les llena de publicidad institucional para cambiar voluntades. Si ese reparto fuera equitativo se rompería la dicotomía afín-no afín. Respecto a los medios públicos, los nombramientos han de ser superiores a dos tercios del Parlamento, salvándose así la mitad más uno que permite el nombramiento con la propia configuración del Gobierno.