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Policía canaria en el Bronx

   
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MARTA LAGAREJO | Santa Cruz de Tenerife

Murphy (Paul Newman), uno de los agentes más veteranos de la comisaría, patrulla las calles del lado sur del distrito neoyorquino del Bronx. Estamos en el precinto 41, más conocido como Fuerte Apache, en el que la inseguridad ciudadana es una constante en la vida de sus habitantes, mientras la policía lucha por hacer de la zona un lugar más seguro. Desde aquí parte el argumento del filme Distrito Apache: El Bronx (1981), basada en las vidas de dos policías reales, Tom Mulhearn y Pete Tessitore, cuyas vivencias de violencia cotidiana marcan la trama de su protagonista.

Más allá de una película, esta es la situación a la que se enfrentaron una docena de agentes canarios durante unos días del pasado mes de marzo. Tiempo en el que patrullaron junto a los cops (policías) de Nueva York, viviendo así en primera persona aquellas situaciones a las que deben enfrentarse sus homólogos americanos cada día. Manhattan, el Bronx y Brooklyn fueron algunos de los escenarios seleccionados en los que el grupo de policías isleños -integrado por agentes locales de La Laguna, Santa Cruz y miembros del Cuerpo Nacional de Policía-, comprobaron de primera mano qué métodos usa la policía frente a la delincuencia local, cómo se integra la comunidad inmigrante, cuáles son los delitos más frecuentes o qué tipo de protocolos se usan en cada caso, entre otras cuestiones. “Los servicios que prestamos en La Laguna no tienen nada que ver con lo que hemos vivido allí. Es un mundo diferente”, declara Humberto Delgado Frías, participante y coordinador del intercambio a través de la Asociación de Policías del Mundo, entidad que gestiona y de la que es fundador.

“Lo que vemos en las películas es real, allí se piensa y se actúa de la misma manera”, afirma otros de los participantes en la iniciativa, miembro del retén lagunero, que insiste en que la experiencia le sirvió para “comparar situaciones” que le ayudarán a él y a sus compañeros a mejorar en el servicio que prestan a los ciudadanos de la Isla.
Esta es la primera vez que desde España se organiza una iniciativa de este tipo con el apoyo de una institución, en este caso el Ayuntamiento de La Laguna. Se pretende que no quede como un viaje aislado y ya se están gestionando nuevos proyectos de intercambio entre Hamburgo y la Comunidad Valenciana, entre otros. De igual modo, los propios policías participantes utilizaron los días de sus vacaciones correspondientes y pagaron ellos mismos los gastos de desplazamiento y estancia.

La expedición

El grupo se seleccionó tras una convocatoria abierta en la que participaron numerosos agentes. Así, el 25 de marzo partía el equipo canario junto a otra docena de agentes de la Policía Local de Valencia. “Elegimos este mes porque enero y febrero son muy fríos, y queríamos que fuera antes del verano, cuando los índices de violencia aumentan”.
Ya en Nueva York, al día siguiente de su llegada, fueron recibidos por el subinspector de la policía de la ciudad, el comisionado adjunto Rafael Piñeiro, hijo de españoles y de abuelos canarios, cuya colaboración fue determinante para la puesta en marcha de esta iniciativa.

Los agentes tinerfeños fueron separados y desplazados a las comisarías 40, 41, 42 y 43 ubicadas en el sur del Bronx, un distrito con los índices de criminalidad más elevados de la ciudad de Nueva York. “Solicité esta zona porque es un lugar conflictivo en el que podíamos ser testigos de situaciones muy diferentes a la que estamos acostumbrados, y además porque la inmigración es mayoritariamente latina”, comenta Delgado .

Una vez situados, los policías realizaron el briefing o comisión de servicio, junto al cuerpo de su comisaría correspondiente, donde luego les fueron asignados los compañeros con los que realizaron el turno de tarde durante dos días. Algunos agentes canarios incluso contactaron con sus colegas americanos para realizar servicios que no estaban pactados de antemano, lo que por ejemplo les permitió sumergirse de noche en el Barrio Chino. “Íbamos de paisano y con chalecos antibalas”, sostiene uno de los participantes en la experiencia, que también relata cómo en las distintas intervenciones que realizaron la gente no se percató de que no eran miembros habituales de la policía del distrito, ya que en ocasiones los detectives suelen acompañar a los guardias vestidos sin uniforme.

Sin embargo, no portaron armas y firmaron un contrato de exención de responsabilidades hacia la administración americana, que eximía el derecho a reclamar a Estados Unidos (EE.UU) si alguno hubiera sufrido algún tipo de accidente o agresión durante el servicio. Este detalle cobra especial relevancia en una nación donde por ejemplo se estima que hay más de 300 millones de armas en manos de particulares. “La primera vez que fui ya el primer día fui testigo de un tiroteo y tuve que quedarme quieto, sin poder hacer nada”, recuerda Delgado Frías, que ya participó en 2008 en otro intercambio similar en Nueva York.

“En un servicio tuvimos que seguir la pista de un vendedor de helados sospechoso de traficar con drogas; desde el principio nos advirtieron de que tuviéramos especial cuidado con los grupos de niños, porque también suelen ir armados”, recuerda uno de los policías, quien explica que realizaron otras intervenciones en agresiones, desapariciones, violencia familiar o colisiones de tráfico. “Cuentan con un protocolo que es completamente igual que el que seguimos en España con los accidentes en carretera”. Además, afirma que la violencia doméstica suele ser más cruda que la que se da en Tenerife, aunque también deja claro que “las miserias humanas las encuentras en cualquier lugar”.

Este intercambio les sirvió no solo para aprender y mejorar como policías, sino para comparar cómo son las cosas en España y EE.UU. “En nuestro país los derechos fundamentales están más claros”, expone Delgado, quien asegura que los cuerpos de policía y bomberos son “muy eficientes” y están vistos como héroes por la sociedad americana, especialmente a raíz de los atentados del 11-S. “Con la educación, el respeto y la empatía hacia la ciudadanía se logra lo mismo en Nueva York que en Santa Cruz o La Laguna”, concluye.

Una labor de formación a través del intercambio

La Asociación de Policías del Mundo nació en Valencia en el año 2008 con la idea de promover la formación e intercambio de policías entre distintos países. Conociendo, observando y comprendiendo los métodos que se usan en distintos sistemas policiales, se puede dar un mejor servicio a todas las personas, en especial a los inmigrantes, sabiendo qué esperan y qué mentalidad tienen. Con este tipo de experiencias, además, se favorece el desarrollo personal del policía que participa, quien, a través de estos intercambios, mejora en sus funciones y se adapta más fácilmente a las situaciones a las que debe enfrentarse. Para ser miembro de la asociación no hace falta ninguna cuota, simplemente estar dispuesto a aprender para generar una mejor convivencia social entre el policía y la ciudadanía. De igual modo, la asociación forma parte de la Star International Policie Exhange, de la que su fundador, el tinerfeño Humberto Delgado Frías (en la imagen inferior, de pie, el segundo por la derecha), acaba de ser nombrado vicepresidente. Delgado Frías es miembro de la Policía Local de La Laguna desde el año 1997 y estuvo de comisión de servicio en el cuerpo homónimo de la ciudad de Valencia durante ocho años. Ya ha realizado con anterioridad intercambios con policías de Holanda, en 2004; Alemania, en el año 2006; y Nueva York, en 2008, de donde ahora acaba de regresar tras una nueva experiencia.