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Presuntos enchufados – Por Francisco Pomares

   

La crisis no es igual para todos: siete directivos de la empresa pública Red.es, dependiente del Ministerio de Industria, se reparten sueldos de entre 93.000 y 109.000 euros, como cargos de confianza nombrados por el ministro. Entre ellos, cuatro militantes del PP grancanario, entre los que destaca la que fuera directora de los Servicios Informativos de la Radio Pública Canaria, Teresa Cruz, en la época en la que el PP no era tan crítico con la tele como lo es ahora.

Calificar de enchufados a los cuatro cargos de confianza de Soria, a los que los empleados de Red.es conocen como clan canario o clan Soria, sería probablemente un exceso, pero lo cierto es que no se les conocen méritos para ganar salarios tan astronómicos, superiores a los que hoy cobra el presidente del Gobierno de España o el propio Soria. El diputado de UPyD Carlos Gorriarán, que es quien ha destapado este pequeño escandalete conventual, ha preguntado en el Congreso por el currículo y la experiencia profesional de los cargos de confianza sorianos, a los que –según ha dicho Gorriarán- sus colegas de Red.es consideran escasamente cualificados para desempeñar cargos tan altamente retribuidos.

Hasta aquí, algo básicamente conocido: los políticos colocan a personas de su entorno y amiguetes dónde pueden, sin que ello implique incumplimiento de las leyes. Más chocante, por inusual, es la contundente respuesta de dos muy significadas diputadas del PP canario, María Australia Navarro y Mercedes Roldós, que se han manifestado muy sorprendidas por la situación, que consideran “escandalosa” y “absolutamente intolerable” y han asegurado que va a cambiarse. María Australia Navarro habló incluso de que está semana requerirá información sobre sueldos y nombramientos.
Sorprende -y positivamente- la reacción de ambas diputadas, porque demuestra independencia de criterio respecto del ministro y presidente del PP canario, y sobre todo porque conecta con la percepción del común: no es de recibo que gente sin más mérito conocido que la proximidad a un ministro reciban del presupuesto público salarios superiores a los que -entre todos- le pagamos a Mariano Rajoy. No es demagogia, sino un debate viejo sobre las retribuciones en las empresas públicas. Aunque aquí la clave quizá no este en poner el énfasis en los salarios, sino en un sistema que permite a un ministro colocar a dedo a cuatro conocidos en una empresa pública. Eso es lo que realmente clama al cielo.