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La reforma del Estatuto se pone en marcha sin el empuje del consenso

   
Parte del Gobierno regional y del grupo nacionalista, ayer en la sesión plenaria. / SERGIO MÉNDEZ

Parte del Gobierno regional y del grupo nacionalista, ayer en la sesión plenaria. / SERGIO MÉNDEZ

DOMINGO NEGRÍN MORENO | Santa Cruz de Tenerife

La segunda reforma del Estatuto de Autonomía de Canarias se puso ayer en marcha con el motor ahogado y sin el empuje de la oposición. Por 34 votos a favor (nacionalistas y socialistas), 20 en contra (PP) y la abstención de los tres diputados del grupo mixto (NC y PIL), el pleno del Parlamento tomó en consideración una proposición de CC-PNC-CCN y PSOE, inducida por el Ejecutivo, con la que se pretende reforzar el autogobierno a poco más de un año de las elecciones.

Ahora se abrirá una fase de consultas externas, antes de que se incorporen las enmiendas que deriven de los trabajos de la ponencia, en la que, como se intuía, no participarán el PP ni NC. Luego se verá en el Pleno, se remitirá a las Cortes Generales y la mayoría absoluta del Partido Popular devolverá el vehículo al taller de desguace.

No hubo sorpresas durante el debate. Julio Cruz (PSOE) bajó de la mesa de la Cámara, subió a la tribuna de oradores y apeló a la responsabilidad del PP. En su repaso del articulado, se detuvo en la observación de que la modificación de la norma básica de la Comunidad Autónoma es uno de los ejes del programa de los socialistas y enfatizó que la iniciativa busca una actualización del “reconocimiento” oficial de las singularidades isleñas. Julio Cruz mencionó, asimismo, la reducción de los topes electorales, la circunscripción regional y la gestión de competencias en costas y transportes. A continuación, José Miguel Ruano (CC) quiso dejar claro que esto no es un desafío al Estado, en alusión al proceso soberanista de Cataluña y al modelo confederal que promueve el lendakari Urkullu sin armar demasiado ruido. “Se trata de redefinir el marco del encaje de Canarias en España, de manera que se perfilen herramientas eficaces”. En el arcén de salida, Román Rodríguez (NC) se negó a bailar al compás de una música que no le gusta. “Esta propuesta es inútil y extemporánea”, proclamó. “No es oportuna, sino oportunista”.
Finalmente, Asier Antona (PP) la condenó al fracaso. “Esto no es más que una pose”, arguyó. “Hablemos de la Canarias real, no de fantasías”, sentenció.

Preámbulo de mayores cotas de autogobierno

El articulado de la propuesta de reforma del Estatuto de Autonomía es prácticamente un calco de la comunicación que el Gobierno bipartito remitió al Parlamento en octubre de 2013 y que sería convalidada el 27 de enero.

Como novedad, los grupos nacionalista y socialista adjuntaron un preámbulo que, al parecer, es la traslación de una enmienda que el PP presentó en julio de 2007 durante la tramitación de la fallida modificación. En ese texto se repasa la evolución histórica de la adaptación de las peculiaridades canarias al ordenamiento jurídico español y europeo.

Tal como pone de relieve el Ejecutivo, “la reforma supone unas notables diferencias con el Estatuto actual e incorpora en lo sustancial las posiciones de las distintas fuerzas políticas”.
Entre las aspiraciones expresadas figuran la de facultar al presidente para disolver el Parlamento y convocar elecciones anticipadas, y la de emitir decretos leyes.
Vigente desde 1982, el Estatuto ya se retocó en 1996.