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Solo el sellado de las arquetas frena el robo de cable de cobre en la Isla

   

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

Sólo el sellado de las arquetas y la colaboración ciudadana suponen un remedio contra la oleada de robos de cable de cobre que sufre la Isla desde el inicio de la actual crisis político-financiera.
Al igual que en buena parte de España, el robo de este y otros metales se ha convertido, junto a los asaltos a las viviendas y a las instalaciones agrarias, en la modalidad delictiva de mayor pujanza entre los amigos de lo ajeno, sin que los esfuerzos de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado por frenar el mercado negro del que se nutre surtan el efecto deseado.

Los datos facilitados por el Ayuntamiento de Adeje, publicados ayer por este periódico y con pérdidas semanales superiores al millón de las antiguas pesetas, dan cuenta de la magnitud de un problema que afecta directamente a grandes infraestructuras insulares. Los ejemplos más significativos son la depuradora comarcal del Valle de Güímar, aún por inaugurar y que requiere de cerca de medio millón de euros para reponer el cable sustraído, es harto significativo. No lejos de allí, un tramo de la autovía TF-1 (conocida popularmente como la Autopista del Sur) de hasta cuatro carriles por dirección que circula por el mismo valle ya no está iluminado… ni lo estará hasta que el Cabildo pueda afrontar los más de 600.000 euros que supone restaurar lo robado.
El robo de cable de cobre (cuando no es el de las tapas de alcantarilla, por citar otro ejemplo) es un delito similar al de la violencia de género desde la perspectiva de la prevención, ya que es imposible colocar un agente allí donde hay instalaciones que usen este material como tampoco se puede asignar uno a cada familia.

Mientras siga funcionando la receptación de estos materiales, la solución pasa, como ya sucede en Santa Cruz de Tenerfe y La Laguna, por sellar las arquetas, a pesar de los inconvenientes que ello supone en caso de avería.

Perder una mano o la vida entera

El robo de cable de cobre ya se ha cobrado al menos una vida en Tenerife. DIARIO DE AVISOS adelantó en su día el fallecimiento de un joven que se electrocutó en 2012 cuando intentaba saquear una torre de alta tensión en Guaza, hecho luctuoso al que hay que añadir el caso del joven que perdió una mano en noviembre del año pasado cuando intentaba robar cable de cobre en un transformador de La Sabinita, en Arona. Fueron tales las quemaduras que le amputaron la extremidad.