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Trabajadores canarios, listos para salir de Guinea Conakry por el ébola

   
Las autoridades locales combaten el ébola con desinfectantes. / REUTERS

Las autoridades locales combaten el ébola con desinfectantes. / REUTERS

JOSÉ LUIS CÁMARA | Santa Cruz de Tenerife

Con más de 90 víctimas mortales y cerca de 200 afectados en cinco países, la epidemia de ébola que se inició hace dos semanas en Guinea Conakry amenaza con convertirse en un problema de salud pública en el continente negro. Eso es, al menos, lo que sostienen tanto las autoridades sanitarias guineanas como Médicos Sin Fronteras (MSF), quienes aseguran que el virus tiene una virulencia “sin precedentes”.

Por este motivo, los trabajadores de una empresa gomera que explota una cantera de granito a unos 200 kilómetros de la capital guineana están preparados para una eventual evacuación si la epidemia continúa avanzando por el país. Según confirmó a este periódico la exconsul de la República de Guinea en Canarias, Alicia Navarro, una avioneta está lista y tiene un plan de ruta preparado por si el personal (no más de seis canarios) de esta empresa debe regresar al Archipiélago. “En estos momentos están bien, pero preocupados y con miedo de que la enfermedad llegue a la zona donde se encuentran”, explicó Alicia Navarro, quien señaló que en Conakry hay en la actualidad una decena de canarios, aunque solo una empresa de las Islas. “Hemos contactado con responsables sanitarios para preguntarles por el protocolo de actuación en caso de que contrajeran el virus, y nos han dicho que tendrían que quedar en cuarentena y aislamiento”, destacó Navarro, quien no obstante insistió en que ahora “todos los trabajadores están en buen estado” y han puesto en marcha una serie de medidas higiénico-sanitarias en su campamento para preservar la zona ante posibles contagios. “Es la primera vez que el ébola llega a Conakry, porque hasta ahora las epidemias más habituales aquí eran de cólera y meningitis”.

Considerado uno de los virus más letales para el ser humano, las tasas de mortalidad, en sus brotes epidémicos, pueden llegar a superar el 90%. No existe aún ni tratamiento ni vacuna para hacerle frente, y, aunque se está experimentando con resultados positivos, el desarrollo de lo conseguido avanza muy lentamente, entre otras cosas, por problemas de financiación. Tras los primeros casos detectados en Guinea Conakry -varios de ellos en la capital del país, donde residen 2 millones de habitantes-, el ébola ha saltado a Liberia, Sierra Leona, Costa de Marfil y Mali, que han tenido que cerrar sus fronteras.

Según asegura el director del Instituto Universitario de Enfermedades Tropicales y Salud Pública de Canarias, Basilio Valladares, se ha encontrado el virus en el semen de pacientes supervivientes hasta 60 días después de haberse detectado la enfermedad. Valladares recuerda, no obstante, que la enfermedad se ha atenuado a medida que ha ido pasando por humanos. Así, en el brote detectado en la República de Guinea ha matado hasta ahora al 60% de los pacientes.

Salud Pública en las Islas, vigilante

La Dirección General de Salud Pública del Gobierno de Canarias está en contacto con el Ministerio de Sanidad ante la posibilidad de que se active a nivel nacional el protocolo de alerta por la posible propagación de la epidemia de ébola. Las mismas fuentes recalcaron que en este tipo de situaciones es el Ministerio el que realiza las actuaciones de seguimiento y control, ya que es el Gobierno central quien gestiona los puertos y aeropuertos, aunque hasta el momento la posibilidad de que la enfermedad se propague por las Islas es “mínima”.

El virus ébola pertenece a la familia Filoviridae. Es el causante de una fiebre hemorrágica infecciosa, altamente contagiosa y muy severa, que afecta tanto a animales como a humanos. Se detectó por primera vez en 1976 en dos brotes epidémicos casi simultáneos ocurridos en Sudán y el Congo. De momento, solo está activo en el continente africano, pero constituye una amenaza para la salud global, ya que existe el peligro de que se pueda expandir a otros lugares a través de personas que viajan a zonas en riesgo y vuelven a sus países sin saber que lo padecen.