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El TS ratifica una de las mayores condenas al narco en Tenerife

   
El rechazo a los recursos supone todo un éxito para la Justicia de esta Isla. | SERGIO MÉNDEZ

El rechazo a los recursos supone todo un éxito para la Justicia de esta Isla. | SERGIO MÉNDEZ

TINERFE FUMERO | Santa Cruz de Tenerife

El Tribunal Supremo ha ratificado recientemente una sentencia de la Audiencia provincial que supone en la práctica uno de los mayores golpes asestados a la delincuencia en general y al narcotráfico en particular que se recuerdan en Tenerife, al menos en el último decenio. Dicha sentencia, dictada en febrero del año pasado, suma más de 140 años de prisión para veinte de los acusados. Ahora, el Alta Tribunal da por buena dicha sentencia al rechazar el recurso presentado por diecisiete de los implicados.

A la hora de justificar su decisión, el Supremo engloba los argumentos que coinciden entre las distintas defensas y responde meticulosamente a los mismos. Al negarles la razón, ello conlleva la condena en costas y un claro reconocimiento al trabajo realizado desde las instancias policiales a las judiciales.

Particularmente interesante resultan los datos aportados justificar las ayudas telefónicas, añadida la anécdota de que es el propio cabecilla, al que llamaremos Mike el alemán, quien da su propio número de móvil al presentar una denuncia.

El clan, con núcleo en el Puerto de la Cruz, controlaba bares, casas de citas y restaurantes

Así, la investigación surge de un oficio policial, fechado el 25 de julio de 2007, en el que se da cuenta de la existencia de una amplia investigación que tuvo por objeto a un importante grupo criminal asentado en la isla de Tenerife y que estaría liderado por el ciudadano alemán Mike, que habría estado relacionado según la UDED Central con el intento de secuestro sufrido en el Norte de Tenerife por un ciudadano italiano actualmente detenido y al que se considera en dicho texto una pieza clave en el tráfico de cocaína desde Sudamérica a Italia. Sin embargo, no se pudo probar tal relación pero sí la de dos de sus hombres de confianza en unión de un grupo numeroso de ciudadanos rumanos venidos expresamente desde su país para ejecutar esa acción criminal.

En el marco de esa operación, un antiguo socio de Mike cuenta no sólo lo relacionado con el secuestro sino los contactos de Mike con otros delincuentes como “un ciudadano inglés, llamado John, sin más señales de identificación, integrado en la organización liderada por John Palmer, conocido criminal británico y hasta su detención principal cabecilla del crimen organizado en la isla. Se aludía a un movimiento de drogas próximo a los 300 kilos al trimestre y al intercambio de cocaína por MDMA. El oficio mencionaba, a partir de la información suministrada por el testigo protegido, estrechas relaciones de Mike con colombianos que le estarían proporcionando grandes partidas de drogas, concretamente cocaína”.

Un informe de Madrid los vincula con John Palmer y los gemelos de Añaza, entre otros

El oficio también mentaba a otros conocidos delincuentes, incluidos los llamados “gemelos de Azaña”. Básicamente, todos estos destacados miembros del lado más oscuro de nuestra sociedad repartían la droga que Mike conseguía por los cauces apuntados.

Desde Puerto de la Cruz
El modo de actuar del grupo ahora condenado resulta ilustrativo acerca de la actividad criminal que se da en Tenerife. Así, se explica que Mike lleva varios años afincado en la Isla dedicándose a la realización de actividades delictivas de tráfico de sustancia estupefaciente, principalmente cocaína pero también aisladamente haschís e incluso MDMA, y otras actividades delictivas de diversa índole, encontrándose para esos fines en permanente contacto con organizaciones criminales radicadas en Tenerife, y así con representantes de mafias italianas, liderando para ello, y sin perjuicio de su dedicación a otras actividades delictivas por otras vías, a un grupo de individuos que siguiendo siempre sus órdenes le apoyaban en la planificación de la actividad criminal centrada en el negocio de la compraventa de sustancia estupefaciente, colaboraban materialmente en la ejecución de los concretos actos que se llevaban a cabo, y en algunos casos le facilitaban protección.

Con la finalidad de garantizar la seguridad de su actividad delictiva, Mike contaba con al menos dos funcionarios de los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad del Estado a los que la investigación no ha podido identificar.

Contaban con filtraciones desde las FFSS del Estado, pero no hay arrestos aún

Eb el círculo más cercano al citado cabecilla figuran los condenados Lute y Rico (también alemanes). El primero repartía a su vez la droga entre los principales clientes, mientras Mike la facilitaba al considerado como segundo círculo, entre los que se encontraba los regentes de dos conocidos bares del Puerto de la Cruz y una mujer que era el contacto con los funcionarios.
Detenidos en noviembre de 2007, los distintos registros a los sospechosos facilitaron la incautación de algunas pequeñas remesas de droga. Al salir en libertad provisional, no sólo siguieron con su actividad sino que alquilaron un restaurante italiano, también el Puerto de la Cruz, para facilitar la entrega de droga a los clientes.

La red se multiplica con empleados de una tienda de ropa y familiares de los ya señalados, para luego diversificarse en otros puntos de la isla como Los Realejos (donde también llegaron a regentar un bar) o Santa Cruz de Tenerife, desde donde entraron en conexión con redes que traían la cocaína desde África.

Un asalto armado a una vivienda y la conexión con un local de citas cierran esta pincelada criminal.